Entrar Via

El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 333

Lucrecia estaba decidida a conseguir el puesto de señora Ferreira; de lo contrario, sentía que estaría desperdiciando la oportunidad que el destino le había dado al permitirle renacer.

No obstante, había algo que la desconcertaba: ¿cómo era posible que Ariana, esa mujer que no era más que una cara bonita, se hubiera dado cuenta de que Marisol intentaba drogarla?

En su vida anterior, ella había planeado meticulosamente que Ariana se acostara con Esteban, y nadie descubrió el engaño, ni siquiera cuando la misma Ariana se suicidó saltando de un edificio.

¿Cómo era que en esta vida no solo el incidente había llamado la atención de Esteban, sino que además Marisol, esa pieza tan bien escondida, había sido descubierta tan rápido?

Sentía que algo no cuadraba.

No es que le preocupara que Esteban pudiera rastrear la pista hasta ella. Después de todo, el año en que planeó lo de la cama, ella ya se había ido a estudiar al extranjero. No estaba en el país, así que nadie sospecharía de ella.

Además, la única persona que podía señalar que había algo turbio en el asunto ya había muerto en un accidente. No tenía absolutamente nada que temer.

Claro, no tenía por qué preocuparse de nada. Aunque Marisol estuviera en la cárcel, ella le echaría toda la culpa al padre de Ariana, el profesor.

Entonces, ¿por qué seguía sintiendo esa inquietud?

Esa sensación de desasosiego la envolvía constantemente, robándole el sueño una y otra vez.

***

Celda de detención.

A Marisol también le costaba conciliar el sueño.

Claro que no era porque la cama de la celda fuera una tabla dura y estrecha. Había dormido en lugares mil veces peores; una vez, hasta las ratas se le subieron encima mientras dormía, y aun así roncó como si nada.

Tampoco era por remordimiento de conciencia. Su conciencia había sido destruida hacía mucho tiempo por esos hombres hipócritas y asquerosos.

Solo le preocupaba perjudicar a Lucrecia.

Perjudicar a esa muchacha que había aparecido en su vida como un ángel.

Esa joven la había ayudado en secreto a salir del fango de la desesperación, financió sus estudios y, más tarde, la ayudó a encontrar al único familiar que le quedaba en el mundo.

Si no hubiera sido porque se le ocurrió seguir a su hermano y descubrió el secreto, probablemente nunca se habría enterado de quién la había ayudado.

¿Cómo es que Ariana empezó a sospechar de ella?

A Marisol le aterraba que la policía descubriera que Lucrecia había financiado sus estudios y que eso la implicara.

Aunque Lucrecia no sabía nada de lo que ella había hecho, si esa mujer de Ariana se enteraba, seguro que la acusaría sin piedad.

La razón por la que Marisol no podía dormir era precisamente esa.

Pero bueno, aunque no lograra destruir la reputación de Ariana, si le echaba toda la culpa a Julián, podría arruinarlo a él. De cualquier forma, ¡esa mujer no se iba a salir con la suya!

Mañana por la mañana, en cuanto la policía llamara a la escuela, ¡todo estaría hecho!

Ya había sobornado a los paparazzi de forma anónima. Faltaba poco, ¡muy poco!

Junto a la preocupación, sentía también una pizca de retorcido placer por la venganza.

Esa sensación, tan intensa y fuera de control, la tenía completamente enganchada.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Arte de la Venganza Femenina