El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 93

Después de la consulta, varios se quedaron en casa de la doctora Parra hasta la noche y cenaron juntos antes de despedirse.

Antes de la comida, por la sugerencia cálida de la doctora Parra, Ariana y los hermanos Andrés y Carlos intercambiaron contactos en WhatsApp.

Ariana sabía bien que ambos evitaban usar Instagram, así que no puso objeciones y aceptó con naturalidad.

Aunque en su vida anterior, cuando apenas se conocieron, no intercambiaron WhatsApp sino números de teléfono. Incluso más adelante, cuando ya todos tenían WhatsApp, lo suyo seguía siendo llamar directo, nunca escribirse mensajes.

...

De camino a casa, mientras Ariana manejaba el carro, Julián tanteó el ambiente y le preguntó:

—¿Y esos dos muchachos, qué te parecieron?

Ariana seguía atenta al volante. Al escuchar la pregunta, contestó casi sin pensarlo:

—Son buena onda los dos, pero en estos años no tengo en mente meterme en rollos de pareja.

Su tono era tan firme que no dejaba espacio para segundas interpretaciones.

—Bueno, hija, no pasa nada, estás joven, no hay prisa —asintió Julián con una sonrisa.

Aunque ya se lo imaginaba desde antes, no pudo evitar sentir una leve punzada de desilusión.

Con tan solo medio día de convivencia, Julián tenía claro que cualquiera de los dos hermanos, Andrés o Carlos, le parecía mucho más adecuado para Ariana que Esteban.

Qué lástima.

...

Ariana primero llevó a su papá a casa, y solo entonces se dirigió a su propio edificio.

La caja de uvas que les regaló la doctora Parra la dividieron en partes iguales: la mitad para él y la otra mitad para ella.

Al llegar al estacionamiento subterráneo, Ariana tomó su parte de uvas y se dirigió al elevador. Su departamento quedaba en el piso veinte. Mientras subía, se le pasó una idea por la cabeza.

Si Esteban en verdad había comprado un departamento en ese complejo, ¿en qué torre estaría? ¿No sería mala suerte que viviera justo en el mismo edificio?

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