El Ascenso de la Luna Fea romance Capítulo 253

JARIS

Se limpió la nariz con el dorso de la mano. “Lyric no quiere estar con Caden. Solo está ahí porque firmó un trato con él. Un trato en el que en realidad fue obligada por él”.

Se sonó la nariz. “No sé qué es, pero sé que de alguna manera está relacionado contigo o con esta Manada. Es lo suficientemente fuerte como para hacerla arriesgar su vida. Está asustada y realmente quiere irse, pero de alguna manera, el trato la sigue atrayendo de vuelta”.

Un trato.

Los corredores de mi mente encajaron en su lugar, algo extraño se instaló profundamente en mi pecho.

Un trato. ¿Por qué tenía tanto sentido?

Mi voz fue más baja cuando le hablé de nuevo. “¿Qué tipo de trato?”

“No lo sé. Ella no dirá. Pero la obliga a estar con él. Lyric…” Vaciló. “El corazón de Lyric siempre ha estado con esta Manada. Caden lo sabe y nunca pierde la oportunidad de lastimarla por eso. Si no fuera por el trato, ella no estaría con él”.

Me recosté en mi asiento, mis dedos apretando mis ojos con fuerza.

Un trato.

¿Por qué la palabra seguía resonando en mi cabeza?

“Hay una alta probabilidad de que solo esté haciendo afirmaciones, Mi Rey. No podemos confiar en ella completamente”, dijo Kael.

Mantuve los ojos cerrados mientras dejaba que las palabras de la dama se hundieran. ¿Qué trato podría tener Lyric con Caden para hacerla quedarse?

No podía ser dinero. Aunque no me gustara la chica, sabía que no hacía las cosas por dinero. Por lo que recordaba, a Lyric no le gustaba realmente Caden. Se asustó de él después de que la secuestrara y la lastimara. Seis meses atrás, cuando supe que tomó su lado, me dejó preguntándome qué demonios los unió.

Así que, había un trato.

Mis ojos se abrieron de golpe justo cuando el pensamiento hizo clic. Deslicé mi mirada entre Kael y Nerion.

“Hace seis meses, ¿por qué Caden me liberó?”

Nunca obtuve una respuesta cuando hice esta misma pregunta en ese momento. Luego, ocurrieron demasiados problemas que me alejaron de eso.

Pero ahora, estaba curioso. Caden no tenía ninguna razón para liberarme. Podría haberme mantenido prisionero, como hice yo. ¿Fue una coincidencia que Lyric se mudara con él después de que me liberara?

El silencio de Kael demostró aún más que había estado pasando por alto algo todo el tiempo.

“Kael?” Mi voz bajó.

Aún así, no hubo respuesta. Solo la inclinación de sus ojos.

Mi mano se apretó alrededor del brazo de mi silla, mi sangre convirtiéndose en cenizas ardientes.

“¡Oh, por Dios!” La dama jadeó. “¡Debe haber renunciado a su libertad por la tuya. Eso debe ser el trato!”

Había algo más.

Las piezas faltantes… Los bocetos en el libro de Xylon que simplemente no podía recordar.

¿Fue una coincidencia? ¿O Lyric succionó mis recuerdos?

En el momento en que resolví este rompecabezas, una profunda calma me invadió. Aunque pronto fue reemplazada por un infierno que ardía demasiado en mi pecho.

Un sonido bajo se formó en lo más profundo de mi garganta, se arrastró hacia arriba hasta que salió en una risa profunda. Nada era gracioso. Me reí porque acababa de darme cuenta de que me habían engañado.

“Me succionó”, dije las palabras más para mí mismo, sacudiendo la cabeza incrédulo. “Lyric me succionó”.

¿Cómo nunca lo pensé? Por supuesto, ella era una Sifón. Tenía lagunas en mis recuerdos que incluso mi hijo notó. Explicaría por qué siempre me dolía la cabeza cada vez que intentaba pensar demasiado en ello.

“Por favor, tienes que ayudarla”, la voz de Bianca volvió a sonar. “Actualmente está en mi casa. No sé qué le hizo Caden de nuevo, pero actualmente está huyendo de él y durmió en la mía ayer”.

Fijé mis ojos en mi Beta y jefe de seguridad mientras me ponía de pie. Ambos evitaban mi mirada.

“Solo voy a preguntar esto una vez: ¿sabían sobre esto?”

Hubo un momento de silencio antes de que Nerion respondiera. “Kael me lo dijo. No parecía bueno, pero pensamos que era mejor que tú no lo supieras”.

Claro.

Me incliné sobre la mesa mientras me reía. Pensaron que era lo mejor.

Mantente tranquilo, Jaris. Mantente tranquilo.

Tomé mis teléfonos. “Me llevas a ella”.

Bianca asintió agradecida.

“Jefe—”

“No tienes derecho a hablarme”, era imposible no apretar las palabras. “No quiero ver ni la sombra de ustedes por el resto del día”.

La mirada de Kael estaba llena de culpa. “Lo hizo por ti. Caden te habría mantenido prisionero si ella no hubiera firmado el trato”.

Me reí en su cara. Estos idiotas realmente lo sabían. Durante seis meses, lo sabían pero no dijeron nada.

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