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El Bebé Nos Cambió el Plan romance Capítulo 3

Los ojos de Esteban se endurecieron; una frase, como cuchilla, le atravesó el pecho y le revolvió todo por dentro. El dolor le crispó el alma, pero en su rostro no se asomó ni un titubeo, seguía mostrándose firme.

Viviana alzó la mirada, le lanzó una ojeada de reojo y bajó la vista con una sonrisa que rezumaba burla.-

—¿De verdad te lo creíste? ¿De verdad pensaste que yo dejaría que me pusieran esa mancha? Lo único que pasó es que tus palabras me dieron asco.

Al escuchar esto, Esteban soltó el aire en un suspiro apenas perceptible; incluso sus hombros parecieron relajarse un poco.

Viviana lo miró de nuevo, pero ya no había nada más que tristeza en su interior, una tristeza tan honda que parecía no tener fondo.

¿En qué momento se había fijado en Esteban? ¿O sería que antes no era así?

—Si tienes algo que decir, dilo ya. No tengo tiempo para verte haciendo el papel de mártir. Te la pasas actuando para Leona y luego te vienes a hacer el dramático conmigo. Ni tú te aguantas. Mejor dedícale ese esfuerzo a quedar bien con Leona. Al final, ella tiene a todo el Grupo Montoya detrás.

No quería seguir perdiendo el tiempo con él. Solo de mirarlo, hasta el estómago le daba vueltas.

—Vivi, ¿de verdad tenemos que llegar a esto? —La voz de Esteban salió rasposa, como si le hubieran dado un trago de arena. Sus ojos, llenos de una herida que no sabía cerrar.

La burla en la mirada de Viviana se hizo más evidente. No necesitó decir ni una palabra para que Esteban sintiera cómo le apretaba el pecho esa mezcla de vergüenza y arrepentimiento.

Un sabor amargo le fue creciendo dentro, como un pozo negro que se abría y amenazaba tragárselo por completo.

Se quedó ahí, mirando a Viviana, perdido, con la garganta apretada y una punzada que le quemaba por dentro.

Bajó la cabeza, pero al alzar de nuevo los ojos, traía una determinación que no había mostrado antes. Su voz se volvió casi una súplica.

—Vivi, quédate conmigo. Si te quedas a mi lado, puedes hacer todo lo que te gusta. Lo del estudio, lo que quieras. Yo me encargo de que todo esté perfecto para ti.

Que todo esté perfecto para ella...

Qué ironía. Antes era alguien que valía la pena, ahora solo sabía manipular y usar el poder para torcerlo todo a su favor.

No solo la traicionaba, ahora encima quería tenerlo todo, como si con el estudio pudiera comprarla.

Viviana, en vez de enfadarse, soltó una risa seca.

Capítulo 3 1

Capítulo 3 2

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