El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 282

Elena sacó su celular móvil y llamó a Ana. Al enterarse de que Camila había estado esperando toda la noche en el cine y, además, se había mojado bajo la lluvia, Ana comenzó a reírse a carcajadas.

—¡Me haces morir de risa! ¿Y la familia Guerrero Sofía qué? ¡¿Quién le manda a ser tan fea?! Elena, eres increíble, Alarico ya está completamente enamorado de ti.

Elena sonrió levemente. —Anita, no te preocupes, mañana habrá más espectáculo.

Ana respondió: —¿Y qué le pasa a Camila, que juega con Raquel y siempre tiene que ir en contra nuestra? Esto es una lección para ella. Elena, espero buenas noticias de ti.

—Tranquila, Anita.

...

Raquel no volvió al dormitorio de chicas hasta muy tarde. Estaba oscuro dentro, no había luces encendidas.

¿Será que Camila aún no ha regresado de su cita?

Parece que lo pasó muy bien.

Raquel encendió la luz y, de repente, vio una pequeña figura acurrucada en la cama. Camila ya había regresado y estaba dormida.

Raquel, algo extrañada, preguntó: —Camila, ¿ya volviste de tu cita? ¿Te divertiste con Alarico hoy?

Camila, con la espalda vuelta hacia ella, respondió: —Me divertí mucho, Raquelita. Estoy cansada, quiero dormir.

Raquel la arropó con la cobija. —Está bien, entonces duerme.

Raquel fue a cambiarse para ir a la ducha.

Camila se acurrucó en la manta, su pequeña cara estaba llena de lágrimas de frustración.

...

Al día siguiente, cuando Camila se despertó, Raquel ya había salido. Ella había llorado durante mucho tiempo la noche anterior, y sus ojos estaban hinchados.

Camila se levantó y fue al baño a lavarse. En ese momento, alguien comenzó a darle manotones a la puerta.

Alarico no le creyó en absoluto y, con desprecio, la reprendió: —Camila, no puedo creer que seas tan cruel. Te lo advierto, no vuelvas a tocar ni un solo cabello de Elena.

Camila se rió con rabia. Pensaba que Alarico había venido a disculparse y hacer las paces, pero en realidad, había venido a defender a Elena.

Ella no había mandado a golpear a Elena, a menos que todo esto fuera una obra de teatro montada por Elena para culparla.

Pero su prometido ni siquiera le creyó, y más bien la atacaba a ella.

—Alarico, ¿es que en tu corazón en serio nunca me tuviste?

Alarico la miró fijamente, observando la marca de nacimiento en su cara. —Mírate en el espejo, ¿cómo podría gustarme alguien como tú? ¡No te puedes comparar con Elena!

El corazón de Camila se rompió en mil pedazos. Él era tan guapo, y Elena era la chica más hermosa, juntos hacían la pareja perfecta. Entonces, ¿por qué no podían estar juntos? ¿Por qué seguía acercándose a ella?

—Alarico, fuiste tú quien me coqueteó primero, fuiste tú quien me dijo que era bonita...

—¡Camila, no seas tan ingenua!—Alarico la interrumpió bruscamente y, con frialdad, dijo:—Si no fueras de apellido Guerrero Sofía, ¿crees que te habría elogiado alguna vez? Fueron mis padres quienes me obligaron a comprometerme contigo. Si te soy sincero, nunca me gustaste. Por tu culpa, ni siquiera puedo perseguir a la joven que me gusta. ¡Eres demasiado fea, un adefesio mal hecho es lo que eres!