El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 351

—¡Espera!— Raquel interrumpió directamente los insultos de Ana. —Ana, te has equivocado, anoche no seduje al presidente Alberto, al contrario, me resistí con todas mis fuerzas, ¡pero él aprovechó que tenía fiebre y estaba débil para forzarme!

¿Qué?

¿Alberto violó a Raquel?

Ana no lo creía. Alberto, ¿quién era él? Estaba rodeado de mujeres hermosas, nunca le faltaban.

Además, en varias ocasiones, cuando ella intentó acercarse a él, siempre se excusaba diciendo que no tenía ganas o que estaba ocupado, mostrando una abstinencia total.

Pero, ¿cómo era posible que él la hubiera forzado mientras Raquel tenía fiebre?

Ana no lo creía. —¡Imposible, estás diciendo tonterías!

Raquel miró a Alberto. —Presidente Alberto, ahora que estás aquí, ¿podrías decirle a Ana si lo que estoy diciendo es mentira?

Alberto la miró por un momento y luego, moviendo ligeramente los labios, dijo: —Todo lo que dice es cierto.

Ana estaba completamente derrumbada.

Al ver la expresión de desesperación en el rostro de Ana, Raquel soltó una risa fría. —Ana, ¿nunca pensaste que cuando eres la tercera en una relación, también puedes serlo en la tuya? Te lo digo, el presidente Alberto no sabe controlar su parte baja, y la próxima vez que me veas, más vale que te comportes con discreción, porque si no, te haré sentir lo que es la traición.

Con esas palabras, Raquel dio media vuelta y se fue.

Ana estaba al borde del colapso. Realmente no había esperado que no solo no pudiera hacerle daño a Raquel, sino que además Raquel había tenido relaciones con Alberto. Se lo había buscado, y ahora sentía un dolor insoportable.

Ana miró a Alberto. —Alberto, ¿por qué me haces esto? Me prometiste que no dormirías con Raquel, que no tendrías nada con ella, ¡ya te habías divorciado de Raquel!

Alberto no tenía nada que decir. Su dulce rostro estaba iluminado por la luz tenue, lo que lo hacía difícil de distinguir claramente. —Ana, lo siento, yo... con Raquel...

—¡Basta, no digas más!— Ana lanzó su mochila al suelo con fuerza.

Raquel agarró su equipaje, lista para regresar a Solarena. Santiago y sus compañeros se acercaron, y Santiago susurró: —Raquel, vi a Alberto discutiendo con su novia.

—Sí, yo también lo vi. Su novia estaba muy enojada, ¡hasta tiró la mochila!

Luis bromeó: —Como fundadora de la Tienda de las Hierbas Celestiales, ¡te has vuelto muy perezosa!

En ese momento, la Tienda de las Hierbas Celestiales estaba llena de gente. Alberto había abierto un acceso VIP y estaba acompañando a Ana para recoger un medicamento.

Después de regresar de Villa Santarena, Ana empezó a sentirse mal del corazón. Se acercó a Alberto y le pidió que la acompañara. También estaban Rosa y María con ellos.

Rosa recogió el medicamento y echó un vistazo. —Este es el medicamento para el corazón que la Tienda de las Hierbas Celestiales lanzó recientemente. Es muy efectivo para el corazón y es muy famoso en la comunidad médica.

Ana preguntó: —¿Quién creó este medicamento para el corazón?

Rosa respondió: —Por supuesto, fue desarrollado por el fundador de la Tienda de las Hierbas Celestiales. Este fundador registró la marca hace seis años, y no solo estableciendo hospitales de Tienda de las Hierbas Celestiales por todo el país, sino que también logró que la Tienda de las Hierbas Celestiales, como una gran farmacéutica se cotizara en el extranjero, sorprendiendo a toda la comunidad médica.

María recordó: —Tengo algún recuerdo, la Tienda de las Hierbas Celestiales salió a la bolsa el 11 de abril, y creo que ese evento se llamó la "Leyenda 411".

Rosa asintió: —Exacto.