El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 500

De repente, los secuestradores comenzaron a vomitar sangre y cayeron al suelo.

El médico se levantó atemorizado, —jefe Alberto, algo malo sucedió, estos hombres fueron drogados, ya no pueden hablar.

Los rasgos apuestos de Alberto se endurecieron de pronto, Francisco habló en voz baja, —jefe, parece que el autor intelectual detrás de todo esto les administró la droga de antemano, una vez que lograron su objetivo, estas personas ya no eran necesarias, es un ser despiadado.

Alberto tampoco esperaba que el autor intelectual detrás de todo actuara con sagacidad, atreviéndose a moverse bajo su vigilancia.

Ahora que estos hombres están incapacitados, al parecer no se podría obtener información de ellos.

Alberto se levantó y salió.

Doña Isabel y Camila lo miraron sorprendidas. —¿Descubriste quién es el autor intelectual detrás de todo esto?—

Alberto sacudió la cabeza.

Francisco les contó todo lo sucedido a doña Isabel y Camila.

Doña Isabel golpeó el suelo con su bastón y gruñó furiosa. —¡Qué despiadadas fueron las tácticas del autor intelectual, parece que la hemos subestimado!

Camila también dijo, —ahora no hay nada que investigar, ¡qué rabia me da!

Pensaron que podrían descubrir al autor intelectual, pero ahora todas las pistas se habían perdido.

De pronto, Rodrigo se acercó, —¡La Invencible ha despertado!

Doña Isabel y Camila se alegraron, —¿Raquelita despertó? ¡Qué bien, vamos a ver a Raquelita!

Ellas corrieron hacia la habitación del hospital.

Doña Isabel dijo, —Raquelita, ¿por qué no le dijiste a tu abuela que estabas embarazada? Tuve que enterarme por otras personas.

Raquel miró a doña Isabel, sabía cuánto deseaba ella abrazar a su bisnieto, pero dada la complicada situación entre ella y Alberto, solo haría las cosas más difíciles para doña Isabel.

Raquel se disculpó apenada, —abuela, lo siento mucho...

—Doña debería ser yo quien te agradezca, ¡llevas contigo a un descendiente de la familia Díaz en tu vientre!— Doña Isabel cariñosamente acarició el vientre de Raquel.

En ese instante, Camila vio a Alberto en la puerta, —jefe Alberto, ¿qué haces parado en la puerta?

Raquel levantó enseguida la vista y vio la figura alta y erguida de Alberto en la puerta.

Él la estaba mirando de hace rato, y sus miradas se cruzaron.