El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 554

Pax continuó diciendo: —Estimado, la señorita Ana ha estado vagando por fuera durante estos años, es inevitable que su carácter tenga algunas... imperfecciones, pero cuando regrese al Valle del Río, usted podrá educarla poco a poco, y seguramente se volverá bondadosa.

Víctor, después de reconocerla, hizo que investigaran el pasado de Ana, así que él sabía bien lo que Ana hizo.

Pero después de todo, ella es su hija biológica, es su familia.

Víctor echó un vistazo a la dirección en la que Raquel había desaparecido: —Vamos.

...

Alberto regresó a la compañía, pero no fue a trabajar, sino que abrió una botella de vino tinto de edición limitada y comenzó a beber una copa tras otra.

Ahora necesitaba desesperadamente el sabor del alcohol para adormecerse.

Francisco, de pie al lado, dijo en voz baja: —Jefe Alberto, debería beber menos, el alcohol es perjudicial para la salud.

Alberto, sosteniendo su copa de vino, sonrió irónicamente: —Desde que me recuperé, Raquelita me preparó un plan de dieta muy estricto, no me permite fumar, no me permite beber.

—Antes, sin importar dónde estuviera, en la compañía o en viajes de negocios, solía recibir mensajes de texto de Raquelita todos los días, y me había acostumbrado a ello, nunca respondí a ninguno.

—Después de que nos divorciamos, ella de la nada se retiró de mi vida, a veces me encontraba mirando absorto el celular, me di cuenta de que había empezado a esperar sus mensajes, a añorar sus mensajes.

—Entre ella y yo, siempre parecía que yo tenía el control, pero en realidad, quien siempre ha tenido el control ha sido ella, era la que me daba limosna, y una vez que se fue, esas cosas a las que estaba acostumbrado se deslizaron fuera de mi vida, como si se llevaran... la mitad de mi vida.

Francisco se mostró muy conmovido, de hecho, siempre le había gustado Raquel, le gustaba que estuviera con Alberto, siendo la señora Díaz.

Francisco consoló en voz baja: —Jefe Alberto, no se preocupe, todo mejorará, ahora la señorita Raquel solo está muy triste, ella volverá a estar con usted.

Alberto se bebió de un trago el vino tinto en su mano, saboreando su amargura completa: —No, ya sé que ella no volverá... ella ya tiene a Luis, tiene un hijo con Luis, ¿con qué puedo retenerla?

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