El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 628

—Raquel, ¿entonces cuándo piensas ir?

—Aún no lo he decidido.

Enseguida Luis sacó una invitación. —No esperes más, Raquel. Salimos mañana. En Valle del Río se celebrará una cumbre de gala, con los cien magnates más ricos del mundo. Todos los asistentes serán personas con poder y estatus. Esta es tu invitación.

Raquel tomó con gusto la invitación y la abrió. Adentro aparecía el nombre en inglés de Jolanda.

—La jefe detrás del mayor grupo farmacéutico del mundo, Tienda de las Hierbas Celestiales, Jolanda, asistirá a la cumbre de gala. Esta noticia ya se ha difundido. Tu presencia será la parte más brillante del evento. Aprovecha esta valiosa oportunidad y ve a Valle del Río, Raquel.

Jolanda era el seudónimo de Raquel, la jefa detrás de la Tienda de las Hierbas Celestiales.

Raquel no se negó, pero miró de reojo hacia un lado, donde Bethra estaba dibujando acompañada de una sirvienta. —Pero si voy a Valle del Río, ¿entonces qué haré con Bethra? Nunca se ha separado de mí desde que nació. Es muy apegada.

Raquel no podía dejar de preocuparse por su amada hija.

Luis alzó una ceja. —Raquelita, ¿no piensas llevar a Bethra contigo a Valle del Río?

Raquel lo negó. —No la llevaré.

—¿Por qué? ¿Temes que Bethra vea a Alberto?

Raquel miró con nostalgia a lo lejos. —Alberto y yo ya terminamos. Ahora él va a casarse con la hija del hombre más rico del mundo. No quiero que Bethra y Alberto se reconozcan. Sé que no es justo para ella, porque tiene derecho a saber quién es su padre. Llámalo egoísmo si quieres. No quiero que se vea envuelta en los asuntos entre la familia Díaz y la familia Barroso. Solo deseo que sea sana y feliz para siempre.

Luis comprendió. Respetaba cada decisión de Raquel. Bethra era la amada hija que Raquel había dado a luz con todo su esfuerzo. Ella tenía derecho a decidir.

—Raquel, entonces ve tranquila a Valle del Río. Yo cuidaré bien de Bethra.

—¿Tú cuidarás de Bethra?

—¿Qué pasa, acaso no confías en mí?

Mientras hablaba, Luis llamó: —¡Bethra, ven aquí!