El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 639

Ana lo miró y dijo con arrogancia: —Señor del comité organizador, ¿me puede confirmar si esta Cumbre del Vino ha invitado solamente a las personalidades de la lista de millonarios?

El organizador lo confirmó.—Así es.

—Entonces, si alguien no está en la lista de millonarios, ¿quiere decir que se ha colado?

El organizador afirmó con total seguridad: —Todos los asistentes a esta Cumbre del Vino pertenecen sin duda alguna a la élite de la lista de millonarios. No habrá ninguna persona infiltrada. Si descubrimos a alguien que por casualidad se ha colado, ¡la expulsaremos enseguida!

Elena comentó satisfecha: —En esta Cumbre del Vino solo hay figuras de peso, si alguien se cuela, baja el nivel de nuestro evento ¡no es así? Por lo tanto, ¡Debes echarla ahora mismo!

Ana sonrió altiva.—Señor organizador, ahora mismo hay una persona que se ha colado.

—¿Quién?

Ana señaló con desprecio a Raquel.—¡Es ella, Raquel!

Raquel arqueó con elegancia las cejas en forma de hoja de sauce, pero no dijo nada al respecto, simplemente sonrió.

Ana había causado un gran alboroto. Ahora todos los poderosos asistentes de la fiesta se habían reunido curioseando para presenciar el espectáculo.

Ese era precisamente el efecto que Ana y Elena deseaban tener. Querían que Raquel perdiera la dignidad delante de toda la élite, y luego fuera humillada y echada como un perro.

Este escándalo sería una burla que podrían hacerle a Raquel por el resto de sus vidas.

—Señorita Ana, ¿acaso está diciendo que la señorita Raquel se ha colado?

—En efecto, el nombre de Raquel no aparece en la lista de millonarios.

—¿Podría ser cierto que se ha colado?

—Hoy en día cantidad de mujeres quieren seducir a hombres ricos. Se visten como damas de alta sociedad para infiltrarse en este tipo de eventos llenos de poderosos. ¿No será la señorita Raquel una de ellas?

Alberto miraba extasiado a Raquel. Sintió que esta noche ella brillaba como una perla resplandeciente, tan deslumbrante que era imposible apartar la vista.

De pronto, pensó que en ese momento, Raquel se parecía muchísimo a alguien de sus recuerdos, a aquella figura elegante y serena que había visto años atrás.

Alberto entrecerró poco a poco sus ojos rasgados. ¿Podría ser que Raquel y aquella mujer fueran la misma persona?

Ja, ja, ja.

Ana soltó una carcajada. Miró a Raquel con desprecio.—Raquel, ¿cómo te atreves a decir que eres una familia de la alta sociedad, que tú eres una poderosa? ¡Qué descaro tan grande es este! ¿Sabes en qué tipo de evento estás? ¿Cómo te atreves a soltar semejantes mentiras?

Elena añadió: —Tu nombre ni siquiera aparece en la lista de millonarios. Qué vergüenza. De verdad que siento lástima por ti.

Raquel miró de forma despectiva a Ana y a Elena.—¿Quién dijo que mi nombre no está en la lista de millonarios?