Entrar Via

El día que mi viudez se canceló romance Capítulo 222

Claudio estaba seguro de que Sabrina armaría un escándalo, exigiendo explicaciones a Rubén para defender a su hermana.

Pero, para sorpresa de Claudio, Sabrina se mostró serena, tan calmada que casi no podía reconocer a la mujer de temperamento explosivo que conocía.

La luz tenue y sugestiva del privado apenas iluminaba el rostro de Rubén, que ya había bebido demasiado y ahora era atendido con esmero por una joven desconocida. Desde su sitio, Sabrina observaba la escena con el ceño levemente arrugado.

—Rubén ya tomó de más, así que mejor no lo molesto —comentó Sabrina, lanzando una mirada rápida a Claudio.

Luego, con un gesto hacia la puerta, añadió:

—Mis compañeros me están esperando, así que me retiro primero.

Sin más, Sabrina se dio la vuelta y caminó hacia su propio privado, dejando a Claudio con la palabra en la boca.

Claudio, sin saber qué hacer, miró a Rubén, todavía sumido en la borrachera, y después contempló la figura de Sabrina alejándose. El pensamiento lo asaltó de golpe: si Sabrina le contaba a Marisa lo que había visto y, para colmo, exageraba los hechos...

Claudio conocía el lugar que Marisa ocupaba en el corazón de Rubén. Si la situación se salía de control esa noche, todos terminarían pagando las consecuencias. La paz de su pequeño círculo pendía de un hilo.

Molesto, aspiró hondo para calmarse. Sin pensarlo más, avanzó rápidamente y alcanzó a Sabrina, sujetándola del brazo.

—No te vayas —le soltó con tono urgente.

El pasillo, sumido en penumbra y decorado con luces titilantes, parecía sacado de una novela romántica. Claudio, con su aire de chico rebelde, encajaba perfecto en ese ambiente. Tenía esa mezcla de arrogancia y desparpajo que lo hacía destacar.

Sabrina lo miró con sorpresa, y luego bajó la vista hacia la mano que la sujetaba.

—Oye, ¿acaso somos tan cercanos? —preguntó con desconfianza.

Aunque Claudio fuera amigo de Rubén, ella apenas y lo conocía de vista. Que la tomara del brazo con esa confianza le pareció una falta de respeto.

—Me llamo Claudio —se presentó él, mientras buscaba frenéticamente una forma de convencerla para que no se fuera.

Tenía la mente hecha un nudo; entre más se apresuraba, menos ideas se le ocurrían.

Capítulo 222 1

Verify captcha to read the content.VERIFYCAPTCHA_LABEL

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El día que mi viudez se canceló