El día que mi viudez se canceló romance Capítulo 370

Rubén había cancelado la reunión de esa mañana y llegó acompañado de Alberto.

Se sentó en el área de invitados especiales, luciendo un cubrebocas negro que le daba un aire reservado y misterioso.

Alberto, sentado a su lado, solía ser una figura de peso en el medio, pero junto a Rubén, su presencia se sentía casi insignificante.

Había ignorado los saludos y halagos de varios conocidos del círculo, solo para evitar que molestaran a Rubén.

El alboroto repentino dentro de la galería sorprendió a Alberto. Desde donde estaban, no podían ver la causa del revuelo.

—¿A poco Marisa invitó a una celebridad de las redes? —bromeó Alberto.

Considerando que la mayoría de los asistentes eran figuras reconocidas en el medio, algo así solo podía explicarse si había llegado una estrella del momento.

Rubén frunció el ceño, levantó la cabeza y trató de mirar entre la multitud, pero apenas podía distinguir nada.

—¿Marisa invitó a un famoso de esos que solo viven de seguidores?

Aunque sabía que eso podría llamar la atención, no era típico de Marisa recurrir a ese tipo de trucos.

Por lo que Rubén conocía de ella, siempre había creído que cada quien debía hacer lo suyo. Invitar a una celebridad solo por la fama no era su estilo.

De hecho, Rubén admiraba esa terquedad y perseverancia de Marisa.

Alberto se levantó un poco para tratar de ver mejor, pero seguía igual de perdido.

Mientras tanto, Fabián empezaba a desesperarse. La gente se había amontonado en el centro de la galería, y todavía no encontraba a Marisa. Llamó varias veces, pero nadie contestó. No le quedó de otra que buscar a Rubén.

Fabián le pasó su café a la asistente y, encorvándose, se acercó apresurado hacia Rubén. Hablando casi en susurros, se inclinó y le dijo al oído:

—Señor Olmo, faltan menos de treinta minutos para el corte de listón y todavía no logro contactar al equipo de la señorita Páez...

Rubén, que hasta ese momento parecía relajado, empezó a mostrar preocupación.

Ese tipo de retrasos no era propio de Marisa.

Pero también le inquietaba la posibilidad de que el invitado para el corte de listón hubiera fallado y ella estuviera tratando de solucionar el problema.