Entrar Via

El día que mi viudez se canceló romance Capítulo 48

Samuel detuvo a Yolanda con una mano, mientras con la otra ya estaba marcando el número de Marisa. Le lanzó una mirada firme a Yolanda.

—¿La ley? ¡En Clarosol, la familia Loredo es la ley!

El dominio de la familia Loredo sobre la familia Páez era tan aplastante que Samuel podía hablar con esa seguridad tan arrogante.

Yolanda estaba furiosa, pero no podía hacer nada más que apretar el pecho por el dolor y mirar a Samuel haciendo su desmadre.

El teléfono sonó dos veces antes de que por fin alguien contestara.

La voz dulce de Marisa se escuchó al otro lado.

—Mamá, ¿qué pasa? ¿Todavía no descansas? ¿Te preocupaste por mí?

En ese momento, Marisa, que estaba en casa de la familia Olmo, sólo pensaba que Yolanda no podía dormir por estar preocupada por ella. Su intención era calmar a su madre, pero al otro lado, la voz que escuchó no era la de Yolanda.

Era esa voz que, por más que tratara, no podía olvidar.

—¡Marisa! ¿Dónde estás?

La voz de Samuel sonaba cargada de furia.

Marisa frunció el ceño, nerviosa.

Rubén captó al instante la tensión en ella. Se acercó y le preguntó en voz baja:

—¿Qué pasó, Marisa?

La voz de Rubén se coló por el altavoz y llegó directo a Samuel. Si ya estaba encabronado por no encontrar a Marisa, ahora su rabia se desbordó.

—¿Quién es ese tipo que está contigo? ¡¿Qué perro está a tu lado?!

Marisa luchó por mantener la calma y contestó:

—¿Dónde está mi mamá? ¡Ese es el celular de mi mamá! ¿Estás en mi casa? ¿Qué le hiciste?

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El día que mi viudez se canceló