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El Día que Murió Nuestra Hija, Él le Puso el Anillo a Otra romance Capítulo 8

El silencio se extendió por la mesa, cargado de expectativas. Todos esperaban la reacción de Alejandra. Una explosión de gratitud, tal vez. O, mejor aún para algunos, un rechazo hosco que la hiciera quedar como una malagradecida.

Alejandra levantó la vista del regalo y miró a Natalia. Su expresión era serena, casi cortés.

—Gracias, Natalia. Es un gesto muy amable de tu parte.

Su voz fue suave, sin el menor atisbo de la tormenta que se agitaba en su interior.

Con una calma deliberada, giró la pesada caja en sus manos hasta encontrar el reverso. Sus ojos recorrieron la elegante tipografía dorada que listaba los ingredientes en francés. No necesitaba leerlos todos. Sabía exactamente cuál buscaba.

Su dedo índice, sin temblar, se detuvo sobre una palabra: Dipeptide Diaminobutyroyl Benzylamide Diacetate.

Levantó la vista de nuevo. Su rostro seguía siendo un lienzo en blanco.

—Lamentablemente, no puedo aceptarlo.

La sonrisa de Sofía vaciló. Ricardo frunció el ceño.

—Soy severamente alérgica a este péptido —continuó Alejandra, su tono era tan objetivo como el de un médico leyendo un diagnóstico—. La última vez que estuve expuesta a un compuesto similar, terminé en el hospital con un shock anafiláctico.

Un silencio incómodo, mucho más pesado que el anterior, cayó sobre el grupo.

La sonrisa de Natalia se transformó instantáneamente en una máscara de horror y preocupación. Se llevó una mano a la boca, sus ojos abiertos de par en par.

—¡Oh, Dios mío, Alejandra! ¡No tenía idea! ¡Te lo juro! ¡Qué terrible! Si lo hubiera sabido, jamás…

Capítulo 8 1

Capítulo 8 2

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