Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 114

Sin embargo, Camilo era despreocupado, de personalidad extrovertida y un poco tosco. Gabriel era refinado y reservado, pero por su gentileza y autocontrol, de los dos parecía más maduro.

—Ustedes... parecen familia.

¡Solo que bajo esas caras tranquilas había un aspecto turbulento! En privado, debían fastidiarse mucho el uno al otro.

Por supuesto, Sofía podía ver que su "enemistad" era diferente a la de Alejandro y Diego, que querían matarse. Probablemente, no se soportaban. Gabriel al escuchar "familia" se sintió como si hubiera tragado una mosca. Camilo, para molestarlo a propósito, le puso la mano en el hombro.

—Sí, mi primo menor...

—¿Charlamos un momento? —Gabriel se quitó su mano sucia y dijo—: asuntos familiares.

Camilo lo miró y le dijo a Sofía:

—Dame un minuto.

Se apartaron a un lado. Entonces, Gabriel dijo:

—Tu mamá dice que ya tienes treinta años y pregunta cuándo te vas a casar.

—¿Estás loco? ¿Por qué me incitas a casarme? Tú también estás cerca de los treinta, pronto te tocará a ti, no seas cómplice.

—Mi mamá también tiene curiosidad, me pidió que te preguntara cuál es tu situación actual.

Al escuchar que era su tía, Camilo confesó:

—No hay situación, no tengo a nadie que me guste. Ya sabes, yo solo amo hacer amigos; que me guste alguien es muy difícil.

Camilo había intentado algunas relaciones en el pasado. Se juntaba con quién le interesaba, pero después de un tiempo juntos, no lograba enamorarse. Se mentía diciéndose que amaba a la otra persona. Hasta que ya no podía seguir mintiéndose y se separaban.

En su momento había querido desarrollar algo con Sofía, porque le interesaba el tipo frío, pero Alejandro se puso celoso y la cosa no prosperó. Para Camilo no existía el amor a primera vista.

Los ojos de Gabriel bajo sus pestañas se profundizaron. Ah. Él no tenía nada con Sofía. Obteniendo la respuesta que quería, Gabriel no tuvo ganas de seguir hablando y le dio la espalda.

—Me voy.

—Espera.

Gabriel no lo esperó para nada. Entonces, Camilo maldijo y lo siguió.

—Con esa pregunta, ¿tú ya tienes a alguien que te interese?

—No es asunto tuyo.

Camilo suspiró resignado. Aceleró el paso, se adelantó a Gabriel y le bloqueó el camino. Gabriel se detuvo y Camilo extendió una mano y al segundo siguiente le mostró el dedo del medio.

Gabriel suspiró resignado: “Idiota”. Con cara fría pasó junto a Camilo. Se acercó a Sofía y su aspecto mejoró. Volvió a sonreír y habló con un tono que resultaba cómodo:

—¿Cómo resultó?

Sofí contestó:

—¿Ya se fue?

—¿Es una relación amorosa?

—Una relación matrimonial.

Mónica suspiró resignada. Se rio con sarcasmo y no dijo nada más. Sofía percibió su burla.

—Ya nos divorciamos, solo falta el certificado.

Al escuchar esa explicación, Mónica la miró.

—¿Y ahora qué?

Ella no entendió.

—Pues, después del divorcio, cada uno por su lado.

—¿En serio? Después de cómo te trató Diego, ¿no piensas resistirte un poco? Darle una lección.