Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 166

—¡Perfecto! —El ánimo sombrío de Joaquín se iluminó enseguida—. Sofía, ¿cuánto puedes dar? No, no, no es que quiera todo, es que no quiero pedir demasiado de una vez.

—Hasta sesenta millones de dólares —respondió con seriedad Sofía.

Redondeando hacia abajo estaría bien, Sofía no le daría todo el dinero a Sebastián.

La verdad Joaquín no podía creerlo.

—Sofía, Diego le invirtió treinta millones a Mateo, yo fantaseaba con poder conseguir veinte millones del señor Santana, ¡y tú llegas con esta maravillosa cantidad! ¡Sofía, eres mi héroe!

Cuando Mateo les robó a los empleados clave, él había acudido desesperado a Sofía, y antes de que pudiera pedirle algo, ella ya le había dado una cifra increíble. Cuando hackearon la base de datos de la empresa, también fue Sofía quien los salvó.

¡Sofía era demasiado confiable!

Joaquín contuvo su emoción y dijo:

—Aunque el costo de desarrollo de nuestro juego es alto, Sebastián y yo hemos estado reduciendo gastos al máximo desde el principio. No necesitamos tanto, así que la mitad bastaría. ¡Treinta millones serían más que suficientes para terminar el juego!

Hablaba de treinta millones como si fueran treinta pesos. Joaquín se apresuró a agregar:

—En cuanto el juego salga al mercado, recuperaremos la inversión, el flujo de caja se normalizará, ¡y todo estará perfecto!

Sofía aceptó sin dudar dos veces.

—De acuerdo.

Charlaron un rato más. Sebastián ya estaba impaciente esperando. Cuando los dos regresaron, Joaquín irradiaba felicidad y le lanzó una mirada determinante.

Sebastián interrogó a Joaquín:

—¿Qué te dijo Sofía?

—Me dijo que soy su hermano favorito porque soy buena persona y hablo bonito. ¿Cómo no voy a estar feliz?

Sebastián se resignó.

Los tres fueron juntos a un restaurante.

Esta era una escena poco común, pues hacía mucho que Sofía no comía con Sebastián. Él mantenía una expresión serena, viéndose muy distante.

Pero mirarlo más de un segundo le quitaba el apetito a Sofía, así que mejor se concentró en charlar con Joaquín.

Sin darse cuenta, la atmósfera en la mesa se tornó cada vez más inquietante.

—Un hombre que deja que su hermana lo defienda. Con razón eres un inútil. Me sentaré a esperar tu quiebra.

Dicho esto, Mateo llamó a sus amigos y se fueron a otro lugar.

Viendo la expresión sombría de Sebastián, Sofía comentó con frialdad:

—El que va a tener mala suerte será él.

Sebastián sabía muy bien que Sofía planeaba atacar a Mateo, y esperaba ese día con grandes ansias.

—¿Qué tiene esa porquería de empresa aparte de dinero?

Joaquín bromeó:

—Por tu tono, suenas algo resentido. ¿Tan celoso estás? ¿Te arrepientes de rechazar al señor Santana?

Sebastián iba a responder cuando de pronto Sofía soltó la bomba inesperada.

—Con mis treinta millones de dólares, ¿de qué te preocupas?