Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 168

Carmen se encargaba de todo el aspecto comercial del negocio.

Sebastián y Joaquín enmudecieron enseguida.

No solo era impresionante que los modelos de IA lingüística apenas hubieran explotado en el comercio en años recientes, sino que Sofía ya había desarrollado uno hace tiempo. Y no cualquiera: uno tan bueno que los gigantes tecnológicos lo habían adoptado. Tenía que ser un modelo excepcional.

Lo más desconcertante de todo no era el logro en sí, sino la habilidad con que Sofía lo mencionaba. ¿Acaso todos los genios eran así de humildes?

Frente a alguien de ese calibre, dejando de lado que fuera familia, Sebastián y Joaquín quedaron desconcertados por su talento.

—¿Pasa algo? —preguntó Sofía.

Joaquín disparó de pronto:

—Oye, Sebastián, ¿cómo es posible que no hayas heredado ni un solo gramo del intelecto de tu hermana?

Sebastián hizo una mueca repentina, tomó el pequeño vaso de licor, lo llenó y lo levantó con una formalidad poco común en él.

—Sofía, esto va por ti.

Esa repentina solemnidad sin querer hizo pensar a Sofía que algo le había pasado a su hermano.

—Relájate un poco.

Sofía levantó su copa y ya la acercaba a sus labios. Pero el vaso de Sebastián la siguió hasta tocar el suyo justo en su boca.

Sofía lo miró con una expresión indescifrable.

Sebastián, por su parte, lucía orgulloso mientras vaciaba su trago.

—Salud por ti.

Sofía movió la cabeza y bebió.

Joaquín también brindó con ella.

Cuando iba por otra ronda, Sebastián la frenó en seco.

—Vas a terminar con sangrado estomacal.

—Si estás preocupado por mí, solo admítelo.

—Me da pereza arrastrarte al hospital. Y no entiendo de dónde sacas esa autoconfianza absurda.

Sofía se dio por vencida.

Joaquín lo molestó desde su lugar.

—¡Deja de fingir que no estás contento!

Sebastián pensó: “si tuvieras una hermana prodigio, no solo estarías contento en secreto, hubieras querido gritar enloquecido a los cuatro vientos. Y luego te acusarían de no apreciarla lo suficiente”.

—¿Le pegaste a Isabella?

—Si no puedes criar bien a tu hermana, acepta las consecuencias cuando alguien la ponga en su lugar. La gente educada no busca problemas de manera gratuita. Solo los maleducados provocan el rechazo ajeno.

Diego aún no asimilaba esta versión de Sofía. Después de un silencio inquietante, su voz se volvió tajante.

—Sofía, falta una semana para nuestro tercer aniversario. Esta es tu última chance de pedirme perdón a mí y a Isabella, de lo contrario...

—Descuida, tengo más ganas que tú de que llegue ese aniversario. ¡Te garantizo una sorpresa inolvidable!

Y Sofía cortó la llamada sin ningún tipo de consideración.

Jamás le habría colgado antes. Pero ahora lo encontraba insoportable, sobre todo ese tono de amo y señor. Lo que antes le parecía normal, ahora con claridad mental veía que esto no era forma de tratar a una esposa. ¡En lo absoluto!

¿Entonces solo Isabella era la maleducada?

No, Diego era igual o peor. ¡Y mucho más asqueroso!

Luego de colgar, Sofía permaneció en silencio. Sebastián iba a preguntarle cuando de pronto sonó otra llamada, esta vez de Mónica.

Asignación laboral de fin de semana.

Debía acompañar a Alejandro en un viaje de trabajo a San Rafael por una semana.

Lo que significaba que, al regresar en una semana, ¡podría finiquitar sin problema el divorcio con Diego!