Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 173

—No tiene nada que ver con ella —dijo Alejandro fríamente—. Tengo manías con la limpieza, no me gusta que me toquen.

—Ah —respondió Javier con cara de no creerle para nada.

***

Alejandro fue al centro comercial a comprarse ropa nueva y se cambió. La ropa de marca que se quitó, que solo había usado una vez, la tiró directamente a la basura. Después de cenar, él se deshizo de Javier.

Había pensado ir a la farmacia, pero recordando cómo había salido corriendo Sofía, seguramente no le pasaba nada, así que desechó la idea. Al regresar al hotel, otra vez se topó inesperadamente con ella de frente. Los dos se subieron juntos al elevador. Sofía seguía pensando en la escena de hace rato, todavía estaba muy impactada. Era muy diferente al Alejandro que conocía. De repente entendió a Camilo.

El carácter y la apariencia de Alejandro no permitían que nadie se propasara con él, no tenía deseos mundanos, el amor y las pasiones no tenían nada que ver con él. Precisamente por eso, cualquier chisme que pudiera relacionarse con él era especialmente emocionante. Si fuera alguien que no tuviera períodos sin pareja, no despertaría tanta curiosidad.

Antes Sofía había sido el objeto de los chismes sobre Alejandro, ahora había otra persona... Por supuesto, este chisme no se atrevía a andarlo contando por ahí como Camilo.

Alejandro vio la expresión de Sofía y supo que estaba imaginando cosas. Apretó los labios, quiso explicar. Pero dada su relación con ella, no había necesidad de explicar nada. Sin embargo, sus manos, que colgaban a los costados, se cerraron en puños una y otra vez.

Sofía miró de reojo a Alejandro y vio que tenía mala cara. ¿Acaso estaba preocupado de que ella fuera bocona como Camilo y anduviera contando todo por ahí? Salieron del elevador y llegaron a la puerta. Sofía finalmente se decidió a sacar el tema incómodo.

—Señor Montoya.

Alejandro se detuvo y volteó, con cara de impaciencia.

Si no podían conseguir información en el ámbito laboral, también podían intentarlo en eventos sociales con tragos y comida. Por supuesto, Sofía rechazó todo. Ella también tenía un carácter muy frío, y después de rechazar a alguien, se volvía impenetrable. No eran pocas las personas que se estrellaban contra su muro.

Durante estos días, ella aprendió muchísimo, siguió a Alejandro y conoció a muchos personajes importantes del mundo político y empresarial de San Rafael. También entendió la red de relaciones complejas y entrecruzadas de la ciudad. En Corporación Sierra, realmente se podían disfrutar los mejores recursos.

Carlos, Rodrigo y Mónica llegaron al día siguiente, y cuando terminaron los asuntos, Carlos y Mónica se fueron. Javier convenció a Alejandro de quedarse unos días más, Sofía y Rodrigo se quedaron también. De repente ya era viernes y esa noche había una cena de negocios.

La sucursal de Corporación Sierra había entrado a la bolsa, y aunque aún no habían pasado siete días de operaciones, ya era un imán para el dinero en el mercado de valores. Alejandro estaba en su momento de gloria, y aunque estuviera en San Rafael, seguía siendo el centro de atención.

Sofía conocía a la mayoría de las personas en la cena, y se las arreglaba con mucha soltura. Pero de todos los que estaban ahí esta noche, los que mejor conocía Sofía eran los Santos. El padre de Javier estaba sembrando hijos por donde fuera, tenía casi diez hermanos de diferentes madres. Estos chismes de familias adineradas alimentaban a los medios de San Rafael, y los titulares relacionados con los Santos eran súper escandalosos.