Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 186

Sofía analizó a Javier. Aparentaba estar bromeando, pero en realidad estaba defendiendo a Alejandro, por culpa de Diego. Para Javier, ella era la asistente de Alejandro, y como él la había defendido tanto, obviamente creía que mantenían una relación especial.

Al ver a Diego, no lo soportaba. Javier conocía su historial, así que tenía más motivos para ayudar a su amigo. Sofía no podía expresar que detestaba este comportamiento, pero definitivamente no le agradaba. Se preparaba para cambiar de tema cuando la voz helada de Diego resonó junto a su oído.

—Sofía, ¿qué ocurrió exactamente anoche?

—No es de tu incumbencia.

Javier dijo:

—Si Sofía no desea hablar del tema, mejor no digo nada. Diego, no la presiones, su jefe se va a disgustar.

Diego contempló fríamente a Javier.

—No te entrometas.

—Sofía es mi invitada, no es entrometerme. —Javier sonrió despreocupadamente.

Cuando Sofía escuchó esto, supo que Diego iba a mencionar lo del matrimonio. Ya que iba a surgir el tema, mejor ella lo expresaba.

—Señor Santos, Diego es mi exmarido.

Las palabras que él iba a pronunciar se le atascaron en la garganta, solo contempló sombríamente a Sofía. La palabra "exmarido" sonaba muy desagradable. Javier se quedó atónito. Incluso Wendy, quien hasta ahora había sido puro ornamento, súbitamente se cubrió la boca y exclamó:

—¡Dios mío, Sofía! ¿Tan joven y ya te casaste?

Sofía asintió.

—Fui muy ingenua.

Sofía sabía que Javier iba a buscar a Alejandro y le informaría sobre Diego. Pero él había venido hasta el hotel, era imposible ocultarlo, así que daba igual.

***

A esta hora, desayunar ya era bastante tardío, mejor dicho, era almuerzo matutino. Sofía seleccionó varias cosas para comer, encontró un lugar donde acomodarse, y durante todo el proceso trató a Diego como si fuera inexistente. Él arrastró la silla frente a ella y se acomodó, con ojos inquisidores.

—¿Qué ocurrió exactamente anoche?

Diego solamente sabía lo general, no conocía los detalles específicos. Lo que Javier había mencionado sobre casarse, él no tenía ni idea. Aunque racionalmente sabía que era imposible, él no lo podía aceptar. Y, además, Sofía no expresaba nada, estaba concentrada en su desayuno.

Como se obstinaba en no pronunciar ni una palabra, Diego no tenía manera de hacerla hablar. Pero él tampoco tenía claro por qué había seguido a Sofía hasta aquí. No importaba, ya había volado hasta San Rafael, ya había perdido el control.

Después del almuerzo matutino, Sofía no tenía nada que hacer en toda la tarde y noche. Diego no se quería marchar, ella no podía echarlo, y lo más importante era que Sofía no quería gastar energía tratando de evitarlo, como si no pudiera soportar su presencia.