Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 193

En ese momento Sofía y Diego se vieron a través del espacio. Nunca había estado tan segura de que su matrimonio de verdad había llegado a su fin. El día anterior, cuando ella lo había visto, sus emociones todavía habían andado de arriba para abajo, pero ahora estaba completamente tranquila. No evitó nada, y aunque sabía que Valentina también la estaba viendo, simplemente le dijo a Diego:

—Mañana a las dos de la tarde paso por tu oficina.

Diego no dijo nada, tampoco puso ninguna cara, solo la vio con frialdad. Sofía no dijo nada más, abrió la puerta del auto y se subió, pasando frente a los dos. Por una vez, él la siguió con la mirada hasta que se fue, con esos ojos alargados entrecerrados.

El día anterior había llegado a la conclusión de que Sofía estaba molesta por el aborto y porque Valentina había regresado al país, y que justo trabajando en Corporación Sierra había sido manipulada por Alejandro. Ella tenía coraje guardado, así que había cooperado con Alejandro, por eso este mes había tenido el descaro de hacerlo enojar a propósito, de armar tanto escándalo durante tanto tiempo.

El día anterior, Diego también se había convencido de que Sofía seguro no iba a tener el corazón para divorciarse de él, pero ahora había dicho la hora para verse mañana. Obviamente iban al registro civil... Su mente se quedó en blanco por un momento, y cuando reaccionó, ya no podía ver el auto de Sofía.

—Diego...

Él quitó la vista y volteó hacia Valentina.

—Te hablé varias veces, ¿no me escuchaste?

Efectivamente, no la había escuchado. Cuando sus pensamientos vacíos regresaron a la realidad, Diego solo sintió ironía. Si Sofía de verdad había decidido divorciarse, él la apoyaba completamente. En este matrimonio, él definitivamente no sería el que se aferraría de manera patética, porque no quería a Sofía, así que no tenía por qué arrastrarse por ella.

Sofía se alejó en el auto. Su plan era irse a casa a seguir escribiendo su tesis, pero por alguna razón sentía una presión rara en el pecho, como si no pudiera respirar bien. Iba a regresar a casa, pero el auto siguió avanzando cada vez más lejos, cada vez más sin rumbo.

Sonaba música suave en el auto, y Sofía no se dio cuenta en qué momento le empezaron a caer las lágrimas. Tampoco sabía por qué seguía llorando. En el fondo no tenía nada por lo cual estar triste, sus emociones estaban tranquilas, en paz, no era el llanto desgarrador de haber llegado al límite de la tristeza... Pero así, tranquilamente, había empezado a llorar.

Sofía reflexionó si estaba triste por Diego, o porque se estaba despidiendo de su pasado. No lo sabía. Tal vez era las dos cosas, tal vez eran solo emociones que llegaron de repente, como cuando las hormonas te controlan durante la regla y las emociones aparecen sin avisar. En fin, no lo entendía, tal vez las personas eran así de complicadas.

Pero una cosa estaba completamente clara. Sofía nunca más había pensado en regresar. Los sueños bonitos que había tenido con Diego finalmente los estaba sacando poco a poco de su mente, ¡para recibir la verdadera realidad!