Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 207

Comparado con lo feroz que se veía Diego, Alejandro solo tenía la cara un poco roja por la sangre que se le había subido, pero sin mostrar ni una pizca de emoción. Tenía esa frialdad indiferente de siempre. Declaró un hecho sin permitir discusión:

—Ya están divorciados.

Eso tocó el punto más doloroso de Diego, se llenó de odio, con la cara sombría.

—Estabas esperando este día desde siempre, ¿verdad?

Diego había odiado a Alejandro desde niño. Por su existencia, su madre siempre estaba mal, siempre lo presionaba a estudiar, tenía que superar a Alejandro o no le daría buena cara. Por eso su infancia no tenía ningún recuerdo feliz. Eduardo era su abuelo, pero siempre estaba con Alejandro, ese bastardo.

Y su padre era aún peor, había lastimado a su propia esposa sin sentir ni una pizca de culpa, y encima prefería a Alejandro, pensaba que su propio hijo no le llegaba ni a los talones a ese bastardo. ¿Qué había hecho mal él?

Diego había sido excelente en todo desde chico, nadie a su alrededor lo superaba, pero por la existencia de Alejandro, nunca podía ser el primero, nunca conseguía la aprobación de sus padres.

Su vida podría haber sido perfecta, pero apareció Alejandro y le arruinó todo.

Diego lo odiaba desde el fondo de su corazón, ¡porque su existencia lo hacía sufrir tanto! ¡Por eso él no podía soportar que Sofía anduviera con Alejandro! La verdad era que Diego ahora también odiaba a Sofía, lo había jugado horrible en este matrimonio, porque aunque se fueran a divorciar, tendría que haber sido él quien ya no quisiera el matrimonio, no Sofía tan desesperada por irse.

¡Ella no tenía ese derecho! ¡Con qué derecho Sofía podía olvidar todo el pasado y divorciarse así! ¡Diego no se lo permitía! Hasta ahora se daba cuenta de que ella también tenía agallas. ¡A los dos se los iba a cobrar! Mucho menos los iba a dejar juntos molestándolo.

—Alejandro, como la toques...

Él se rio fríamente, presionó a Diego con fuerza, se le marcaron las venas en el dorso de la mano, pero su cara no tenía expresión, creando un contraste que formaba una especie de belleza violenta. Pero así era Alejandro realmente. Sofía pensaba que era buena persona, pero en realidad era un tipo sin escrúpulos que haría cualquier cosa para conseguir lo que quería.

Solo cuando ella no estaba mostraba este lado. En cuanto a Diego, ¡no le importaba para nada! Así que Alejandro no tuvo problema en decir exactamente lo que pensaba, palabra por palabra:

—Diego, te voy a invitar a mi boda con Sofía.