Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 209

Y el primero en saber las intenciones de Alejandro hacia Sofía fue Diego. Pero él sabía que Diego jamás le diría esto a nadie, porque siempre tenía que competir con él, Diego no se podía permitir quedar en ridículo, por eso se sentía tan tranquilo diciéndoselo. Era mejor que lo supiera a que no. Porque necesitaba que entendiera que Sofía era la persona que él iba a proteger.

Dicho esto, Alejandro se dio vuelta y se fue. Diego se quedó viendo su espalda y no pudo evitar reírse fríamente. Alejandro decía todas esas palabras bonitas solo porque nunca había tenido nada, puro resentimiento.

Durante el divorcio, Diego no había visto ni una pizca de tristeza en Sofía, pero cuando pelearon las acusaciones de Sofía eran porque le importaba, por eso había dicho todo eso. ¡Mientras a Sofía le importara, Alejandro perdería completamente! Además, aunque ella se había divorciado tan despiadadamente, no significaba que no se fuera a arrepentir.

Diego sabía leer a las personas, Sofía era terca y persistente, eso se había visto cuando lo amaba, así que cuando ella realmente se enamoraba de alguien, definitivamente era difícil de olvidar. ¡Aunque Alejandro se aprovechara de la situación, Sofía no lo iba a aceptar!

Diego seguía pensando que ni siquiera necesitaba complacer a Sofía. Algún día, regresaría solita. Alejandro solo podría verlo pasar. Después de pensar esto, Diego se sobó la mandíbula, le dolía, movió la lengua dentro de la boca. E igualmente, sin expresión, se fue.

***

Alejandro no regresó inmediatamente al auto, se dio vuelta y entró al registro civil. La empleada hoy se había topado con una pareja que parecían estrellas de cine, la misma pareja resentida que casi se había peleado.

Y no mucho después, apareció otro hombre que no les quedaba atrás ni en presencia ni en apariencia. Pero la empleada instintivamente sintió que este hombre era aún más peligroso. Aunque viéndolo bien, parecía que tenía un moretón en la comisura de la boca. ¿Había estado peleando? Pero no iba para nada con su aire frío y elegante.

No sabía cómo sería su pareja, la empleada supuso que no sería una mujer cualquiera, pero después de esperar mucho tiempo, el hombre estaba completamente solo. La empleada se extrañó. Justo entonces apareció el director del registro civil. Saludó al hombre muy cortésmente, después lo llevó a su oficina. La empleada se extrañó más. ¿A qué había venido?

Alejandro quería conseguir a Sofía, quería que realmente se enamorara de él, pero era difícil, no podía apresurarse. Solo podía controlar a esa bestia interior y dejar que todo fuera paso a paso. Pero ahora, Sofía y Diego se habían divorciado. Alejandro no estaba seguro de si Sofía todavía tenía sentimientos por él, pero eso ya no importaba. Lo importante era que se habían divorciado.

Eso era lo que Alejandro quería. Cerró el certificado de matrimonio sin expresión. En la oficina había una trituradora de papel, rompió el certificado de matrimonio y lo metió en la trituradora. Vio en silencio cómo las páginas del matrimonio se convertían en pequeños pedacitos, viéndolas volverse irreconocibles.

En el aire se escuchaba el sonido de la trituradora, Alejandro lo escuchó con atención, le gustaba mucho ese sonido. Quedaba una última página interior, la tiró sin dudar, no se apuró por irse, sino que se quedó a ver cómo se desintegraba completamente antes de apartar la mirada.

Alejandro le hizo una seña de despedida al director y se fue. De principio a fin, no dijo nada, tampoco explicó. El director naturalmente no se atrevió a preguntar, incluso lo acompañó unos pasos. Sofía lo estaba esperando en el auto. Al pensar en esto, Alejandro sin darse cuenta aceleró el paso.