Entrar Via

Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 219

La cara de Lucía se puso aún más pálida; la noche anterior ya se había enterado de la noticia.

Ahora que lo confirmaba, podía aceptarlo, aunque con mucha tristeza...

Ella solo era una empleada, y aun así le costaba bastante despedirse de Sofía.

¿Cómo era posible que su propio esposo, Diego, no sintiera nada? ¿Ni siquiera un poco de apego?

Lucía lo siguió con la mirada hasta el estudio, sin notar en él ninguna diferencia. Su corazón dio un vuelco de golpe. Por fin entendió qué tan insensible podía llegar a ser.

Tres años había soportado Sofía esa vida. Haber aguantado tanto, en realidad, era un milagro.

En ese momento, Lucía comprendió completamente por qué ella había decidido divorciarse.

Su tristeza se convirtió en buenos deseos para Sofía. Estaba segura de que, lejos de Diego, sería mucho más feliz.

Quiso enviarle un mensaje, pero Sofía la había bloqueado hacía tiempo. Lo que quería decirle, ya no tenía cómo expresarlo.

Suspiró, resignada. Cuando no se valora algo, tarde o temprano se pierde. Y la separación siempre da señales; solo los que no quieren ver creen que nada ha cambiado. Cuando, en realidad, todo se empezó a romper mucho antes.

***

Sofía manejó hasta el aeropuerto para recoger a Carmen. Cuando se encontraron, esta última la abrazó fuerte. Luego de soltarla, la miró de arriba a abajo y luego de abajo a arriba.

—Te ves muy bien. Pensé que estarías llorando —dijo, porque sabía lo difícil que era para ella un divorcio.

El día anterior, Sofía había manejado sola durante toda la tarde, llorando y recordando lo necesario. Ya lo había dejado atrás.

—Estoy bien —respondió.

Carmen la volvió a abrazar. —Ahora sí me quedo tranquila. Ese desgraciado de Diego no te ha molestado, ¿verdad?

—Aunque lo intente, ¿qué podría cambiar? —respondió con calma.

Los ojos de Carmen brillaron al oír eso. En los primeros días tras el divorcio, la había visto dolida, confundida, aunque firme en su decisión. Le faltaba energía. Ahora estaba renovada, con la fuerza de alguien listo para avanzar sin mirar atrás. Era otra persona.

—Yo venía lista para consolarte, pero viéndote así... Si no te consigo un modelo, no me lo perdono —bromeó Carmen.

Sofía sonrió. —Perfecto, quiero probar.

—¿Y ahora piensas buscar a alguien más? —preguntó Sofía, recordando de pronto a Rodrigo, aunque hasta ahora no había pasado nada entre ellos. La curiosidad le ganó, y lo preguntó sin rodeos.

—Si a Rodrigo le gusto, me alegrará. Si no, también lo entiendo. Pero si me preguntas a mí, yo jamás estaría con él —contestó Carmen.

—¿Por qué? —preguntó Sofía.

—Yo no me comprometo por más de seis meses. No puedo hacerme responsable de un hombre. Así que, después de terminar, seguir siendo amigos es casi imposible. Y perder un contacto como Rodrigo, que además es amigo del señor Montoya... Sería un desperdicio. Es como tener un ejemplar único.

Carmen se rio. —Por eso, Rodrigo solo puede ser mi amigo.

De la nada, Sofía no pudo evitar confesar:

—Carmen, siempre dices que eres mi "perrito faldero", pero en realidad yo también te quiero mucho.

Carmen, la "mujer académica", siempre tan seria, al escuchar eso se puso nerviosa.

—Espera... ¿Cómo?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano