Sofía aprendía rápido y la pintura no era la excepción.
Gracias a su inteligencia espacial, prefería usar tinta china para sus composiciones amplias o simétricas, que le recordaban a fórmulas matemáticas.
Sobre todo, le encantaba pintar bambúes.
De niña, solía llevarse a escondidas cuadros de Manolo. Ahora, en su estudio, tenía varios de ellos enmarcados.
Sus intereses eran demasiados y nunca dedicaba todo su esfuerzo a la pintura.
Precisamente por esa actitud dispersa, Manolo la consideró demasiado rebelde e inconstante, incapaz de llegar lejos, y decidió dejar de enseñarle.
Mientras más miraba los cuadros Sebastián, más ganas le daban de reír.
—¿Te robaste sus cuadros y los guardaste todos estos años? ¿No tienes miedo de que un día te los reclame?
Eran tantos que, si los subastaba, podría recuperar lo que había invertido en esa supercomputadora.
Sofía respondió:
—Él hizo como que no veía nada. Considéralo un regalo.
Sebastián contestó:
—Siempre con excusas. Él nunca te aguantó. Seguro ya ni se acuerda de ti.
Ese recuerdo compartido de la infancia los acercó. Cuando recordó ese lado “terrible” de Sofía, a él le pareció divertido.
A regañadientes, habló bien de ella.
—Ahora pintas bastante bien.
Sofía se alegró por el halago.
—Gracias.
Sebastián preguntó:
—¿Cuándo volviste a pintar?
Sofía respondió:
—Hace unos años. Me ayuda a calmarme.
Después de cenar, ya de noche, Malaya lavó los platos y se fue en el elevador de servicio.
Era hora de que Sofía se pusiera a trabajar en serio.
Para Sebastián, pensar en Mateo lo llenaba de ira. Le había robado empleados clave, dejando herida a su empresa, y después destruyó su base de datos, lo que paralizó el desarrollo del juego.
Él trabajaba en un videojuego triple A, un proyecto ambicioso que, de terminarse, estaría disponible en el mercado internacional. La inversión era enorme, y el riesgo, alto. Con cualquier problema, podía venirse abajo.
De no ser por Sofía, la bancarrota habría estado a la vuelta de la esquina.
Cuando lo recordó, apretó los puños.
—Ojo por ojo. Total, tiene la inversión de Diego, que la use para reconstruir su base de datos.
La empresa de Mateo manejaba muchos proyectos, desde celulares hasta minijuegos, con un flujo de dinero constante.
Un ataque no lo arruinaría, pero sí lo haría perder mucho dinero. Y eso nos daría un respiro.
Sebastián conocía todos los proyectos de esa compañía. Sofía eligió uno proyecto caro que aún estaba en desarrollo para comenzar.
Él se quedó a su lado, mirándola mientras empezaba a teclear con determinación.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano
Por favor otros medios de pago para poder conseguir monedas😫...
Muy hermosa pero hay mucha dificultad para leerla porque hay que tener monedas y sin ellas no hay acceso a los capítulos hay que tener otros métodos de desbloqueo gracias...
Please can you publish more than 6 chaps/day.. And today no chaps ???...
🥲...
Pague la aplicación y aún me faltan párrafos deberían prestar más atención en la traducción xq falta contenido no vuelvo a comprar en su aplicación...
Xq no ponen toda la novela de una sola vez me encanta y siempre tengo que esperar al otro día...
Me encanta la pasión la frialdad lo intenso ay no tiene de todo...
Es interesante...