Era cierto que Valentina fue una excelente estudiante.
Fuera de eso, Fidel no tenía más recuerdos de ella.
En circunstancias normales, debería haberla olvidado, pero, por una coincidencia detrás de otra, seguía presente en su memoria.
A Fidel le gustaban las relaciones simples, libres de intereses. Por eso, la mayoría de sus amigos ignoraban su verdadero origen. Claro que, con su apariencia y carisma, pretendientes no le faltaban, y varios se empeñaban en perseguirlo incluso después de haber sido rechazados.
Cansado, llegó a inventar que tenía una persona a la que amaba en secreto. Los curiosos querían saber quién era. Entonces, le vino a la mente la imagen de Valentina. Su “amor secreto” terminó tomando prestadas sus características: mayor que él, la reina del campus, una brillante estudiante de ciencias…
Más tarde, Fidel comprendió que, de verdad, ese era exactamente el tipo de mujer que le gustaba.
Pensando en eso, recordó a Sofía, a quien vio solo un instante. Ella también resultaba sorprendente: con su mirada seria y tranquila, y la nariz recta que le daba un aire de científica, transmitía esa misma aura distante.
Y a él le encantaba esa distancia.
Las personas que parecían inalcanzables despertaban en él un deseo de conquista; quería ser el primero en descubrir lo que se escondía detrás de esa seriedad.
—¿Me conoces? —preguntó Valentina sorprendida, cuando lo escuchó llamarla “señorita Herrera”.
Fidel sonrió y dijo:
—Asistí a una de tus charlas cuando volviste a la universidad. Me dejaste una gran impresión. Después de tantos años, sigues igual de radiante.
Guapo y con facilidad de palabra, Fidel logró que Valentina se sintiera halagada.
Ella sabía bien que Simona era una mujer de gran influencia en la política y los negocios, casi inalcanzable. ¿Cómo imaginar que su hermano menor era su propio compañero de facultad?
La vio una sola vez, y aun así la recordaba. Para Valentina, estaba claro: él la admiraba.
Tuvo que contener la satisfacción que le dio la idea y se sentó. Gracias al vínculo de ser exalumnos de la misma universidad, la conversación fluyó con facilidad.
Fidel, que se dedicaba a las finanzas, mostró curiosidad por los proyectos de Valentina, sobre todo porque el capital estaba buscando entrar al mundo de la tecnología.
Ella comentó que acababa de superar un obstáculo en el desarrollo, aunque enfrentaba aún otro reto.
—¿Con esas habilidades técnicas también sabes de hacking? —preguntó él.
—Claro. —aceptó ella.
Para Valentina, eso era la confirmación de que, en esta época, lo que de verdad atraía la atención de un hombre de alto nivel era la capacidad.
Una vez que se agregaron como contactos, Fidel volteó a ver a Diego y notó que parecía un poco distante.
—¿Estás de mal humor? —preguntó.
—Siempre estoy así —respondió él, muy serio.
Fidel captó que no quería hablar y no insistió.
Se fijó entonces en su mano y notó que ya no traía el anillo de matrimonio.
Sorprendido, preguntó:
—Diego, cuando me fui al extranjero, supe que te casaste. ¿Y tu esposa? Nunca llegué a conocerla.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano
Por favor otros medios de pago para poder conseguir monedas😫...
Muy hermosa pero hay mucha dificultad para leerla porque hay que tener monedas y sin ellas no hay acceso a los capítulos hay que tener otros métodos de desbloqueo gracias...
Please can you publish more than 6 chaps/day.. And today no chaps ???...
🥲...
Pague la aplicación y aún me faltan párrafos deberían prestar más atención en la traducción xq falta contenido no vuelvo a comprar en su aplicación...
Xq no ponen toda la novela de una sola vez me encanta y siempre tengo que esperar al otro día...
Me encanta la pasión la frialdad lo intenso ay no tiene de todo...
Es interesante...