Entrar Via

Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 324

Sofía asintió y se alejó.

El hombre que llevaba mascarilla y gafas de sol se las quitó, revelando una cara maquillada con rasgos muy delicados. Le dio una palmada en el pecho a Gabriel y, acercándose a su oído, murmuró:

—Amigo, ella te gusta.

Era Easton, una superestrella del momento. Por su aspecto, parecía haber escapado de algún evento solo para darse una vuelta por allí.

Camilo tenía un círculo muy amplio de amistades, y entre ellas no faltaban contactos del mundo del espectáculo.

Era la primera vez que se veían, y las palabras de Easton no tenían nada de prudencia. Pero Gabriel sonrió como si fueran amigos de toda la vida.

Al verlo tan cordial, Easton alzó las cejas. Acostumbrado a atraer miradas, añadió, animado:

—Puedo ayudarte.

Gabriel volvió a sonreír, inclinándose hacia él.

Easton, convencido de que iba a pedirle un favor, se mostró expectante. Sin embargo, Gabriel dijo:

—¿Es cierto lo que dicen de que te acuestas con tus fans?

Easton quedó paralizado. La sonrisa se le borró al instante.

Gabriel se levantó, dejó de sonreír y, serio, lo miró de arriba a abajo antes de voltearse y entrar a la casa.

Todo lo que tuviera que ver con Camilo le resultaba antipático. Si no hubiera escuchado que Sofía asistiría, jamás habría soportado ni a Camilo ni a sus excéntricos amigos.

Dentro, Alejandro ya había llegado, y Camilo lo atendía en todo, mientras Sofía permanecía a un lado.

Gabriel los observó varias veces, intentando convencerse de que no había nada entre ellos. Pero el hecho de que hubieran llegado juntos y de que él llevara los regalos le resultaba sospechoso.

Recordó la noche en que Sofía, recién divorciada, había ido al bar y pidió un modelo masculino… y Alejandro también estaba allí.

Un mal presentimiento lo invadió.

No pudo quedarse quieto. Se acercó a Sofía, que estaba admirando la nueva casa de Camilo: una pequeña mansión de estilo minimalista, ya decorada en lo esencial, con un aire artístico que rivalizaba con la casa de Carmen. Aunque aún le faltaba mobiliario, estaba claro que sería un lugar acogedor una vez amueblado.

Los amigos de Camilo eran muchos; había al menos veinte personas charlando en grupos pequeños.

—¿Piensas seguir en esto por mucho tiempo?

—Voy viendo sobre la marcha —respondió ella, evasiva. No tenía intención de profundizar en esas charlas.

Él echó un vistazo alrededor y luego preguntó:

—¿Cuándo piensas irte?

La pregunta la sorprendió. Sofía dudó unos segundos, a punto de contestar, cuando la voz de Alejandro se alzó detrás de ella.

—Sofía.

Ella se volteó enseguida y caminó hasta ponerse frente a él.

Alejandro la miró desde arriba y dijo con calma:

—Tráeme un vaso de agua, ¿sí?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano