Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 355

Alejandro preguntó: —¿Quieres escuchar la verdad?

Sofía se sorprendió, lo miró y, al encontrarse con su mirada penetrante, miró rápido a otro lado.

—… Sí.

—Es por lo de anoche.

Sofía apretó el volante con fuerza.

—Por eso quería regresar antes —continuó Alejandro—. Pero ya era tarde cuando llegué, así que no quise molestarte. Estaba preparando la cena y no esperaba encontrarte.

En esa pequeña cosa de anoche, él había estado pensando todo el día.

Sofía apretó el volante con más fuerza.

Ella ni siquiera le había dado mucha importancia, pero Alejandro sí.

Así se siente cuando le importas a alguien.

Sofía sintió que la mente se le nublaba.

Pensó en lo que pasaría si en serio fingían ser pareja durante dos años y tenían que vivir juntos.

Si Alejandro seguía siendo distante, manteniendo solo el contacto necesario para la actuación, sin meterse en la vida del otro, no habría problema.

Pero él era un hombre carismático y se preocupaba mucho por ella.

¿Eso significaba que con el tiempo podría surgir algo más?

Después de todo, ella había fingido estar bien con Diego, pero cuando se encontró con Alejandro, sintió una gran seguridad y, de la nada, lo invitó a mudarse con ella antes de tiempo.

Eso demostraba que, en serio, el cariño de Alejandro la estaba afectando. Si alguien te trata bien por mucho tiempo, al final terminan naciendo sentimientos.

Si ella se enamoraba y Alejandro no sentía lo mismo, al final del contrato, cuando se separaran, probablemente se sentiría un poco herida o incluso le costaría acostumbrarse. Y ella sería la que sufriría…

Al principio, Sofía no había considerado esa posibilidad.

Bueno, eso era algo a largo plazo, no podía preocuparse por eso ahora.

Alejandro dijo:

—Quiero decirte algo: si no quieres hablar, no te voy a presionar. Conmigo, puedes ser tú misma.

Era una promesa.

Sofía abrió la boca, pero no supo qué decir.

Él en serio era muy bueno con ella, demasiado.

Podía ser ella misma, podía ser caprichosa, y parecía que él nunca se enojaría...

Al principio, pensó que Alejandro era distante.

¿Quién se iba a imaginar que sería tan fácil hablar con él?

Alejandro vio que Sofía no respondía y supo que ella se había vuelto a cerrar.

No importaba, ella lo había invitado a vivir juntos antes de tiempo, y esa ya era una buena señal.

El celular le pegó a Chiara en la cabeza y le dejó un pequeño chichón.

A ella no le importó y se preparó para volver y devolverle el celular a Diego.

Cuando entró en la casa, lo vio tomando solo.

La frente de Diego estaba sangrando.

Chiara se asustó mucho; pocas veces lo veía en un estado tan descuidado.

Era completamente diferente a su imagen seria en la oficina.

Ahora estaba completamente segura de que Diego se arrepentía del divorcio.

Ella se acercó, preocupada.

—Señor Villareal, ¿su cabeza está bien?

Diego no respondió. Así que no insistió y le devolvió el celular. Luego fue a la farmacia a comprar lo necesario para curarlo y regresó.

Diego vio que Chiara regresaba con las cosas y, molesto, le preguntó:

—¿Qué haces aquí?

—Señor Villareal, debería curarse la herida de la cabeza —le dijo.

Diego recordó cómo Sofía le había golpeado la cabeza con un cenicero sin piedad. Antes, cuando él sufría una herida pequeña, en Sofía solo veía una expresión de preocupación y cariño.

Ahora, ya no quedaba nada de eso.