Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 357

—Hay un problema grave en la cadena de suministro, tienes que venir en persona.

Dylan, que tenía su propia empresa en el extranjero y era el director de la filial del Grupo Empresarial Villareal en Estados Unidos, era muy capaz. Si él no podía resolverlo, la situación en serio era grave.

—¿Qué pasa? —preguntó Diego con voz seria—. Todo estaba bien antes.

—Es un problema inesperado, todavía estamos investigando la causa.

Diego pensó de inmediato en Alejandro y sospechó que podría haber sido él.

Se puso serio.

—Está bien, ya lo sé.

Dylan dijo:

—Llega lo más rápido que puedas.

Diego respondió:

—Voy a mandar a alguien en mi lugar. —Colgó la llamada de inmediato.

Ahora no podía irse, porque si se iba, no volvería pronto.

Diego no estaba seguro de lo que sentía por Sofía, pero eso no importaba.

Lo que en serio importaba era que quería que ella volviera con él.

Si Sofía sentía celos por Valentina, entonces no era tan distante e insensible.

Diego ya le había dejado claras sus intenciones a Sofía; ella tenía que darse cuenta de que él estaba cediendo, y era imposible que no lo notara.

Ahora, iba a hacer todo lo posible para que volviera con él.

En este momento, Diego sin duda no se iría.

¡Quién sabe qué podría pasar si se iba!

Además, Alejandro estaba pendiente de Sofía, así que Diego no podía irse, no iba a dejar que la persona que más odiaba se saliera con la suya.

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Al día siguiente, Diego fue a la empresa, pero para su sorpresa, Fernando lo llamó. También hablaba de los problemas de la filial y le pidió que fuera a resolverlos de inmediato.

Diego no mostró ninguna emoción, respondió que iría y colgó. Se puso todavía más serio.

—¡Eres un maldito! ¿Así es como quieres competir conmigo?

Diego casi nunca contactaba a Alejandro, y esta llamada solo era para desahogarse. Pensó que Alejandro, como siempre, no diría nada, pero para su sorpresa, él le respondió:

—Diego, nunca he querido competir contigo.

Diego sintió como si hubiera escuchado una broma de muy mal gusto.

—¡Estás loco! ¡Desde que eras niño nadie te ha querido, y por eso tienes que competir conmigo en todo! —dijo Diego, lleno de rabia.

—Puedes pensar lo que quieras.

A Alejandro no pareció importarle la rabia de Diego.

Después de todo, Diego nunca había sido amable con él, salvo cuando estaban delante de Fernando; ahí se mostraban educados, pero en privado, Diego siempre lo atacaba como si estuviera loco.

Alejandro ya estaba acostumbrado y no le importaba si Diego lo odiaba.

Sin embargo, cuando pensó en Sofía llorando por culpa de Diego, a pesar de que ella había dicho que todo era actuación… Alejandro no quería verla llorar bajo ninguna circunstancia.

Tenía que darle una lección a Diego.