Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 363

—¡Jajaja, sigue actuando! ¡No creo que puedas encontrar a un hombre mejor que mi hermano!

Las condiciones de Diego eran de lo mejor, y había muy pocos hombres mejores que él; Sofía solo estaba actuando.

Isabella ya no quiso discutir más con ella, así que le preguntó:

—¿Quién es ese hombre que está a tu lado? ¡Te dije que eres una zorra! ¿Cómo pudiste dejar a mi hermano? ¡Dijiste que te ibas a divorciar y lo hiciste! ¡Contéstame! ¡¿No será que ya conocías a otro hombre antes de divorciarte?!

Sofía se sintió impotente.

—¿Acaso no ha pasado mucho tiempo desde el divorcio y ya te estás juntando con otro hombre? ¡Qué vergüenza!

Sofía por fin entendió el porqué de la rabia repentina de Isabella, pero la situación era tan ridícula que no pudo evitar sonreír.

—Isabella, eres la hermana de Diego, ¿no te parece vergonzoso para tu hermano que tengas tanta prisa en hacerlo quedar como el hombre al que una mujer le puso los cuernos? Si él se entera, seguro hasta te da las gracias.

Sofía la desafió.

—Lo mejor sería que vayas y le cuentes todo a Diego, de paso le dices que tengo muchos hombres en mi vida.

Estaba completamente seria.

Isabella sabía que se estaba burlando de ella, y eso la hizo sentir muy mal.

Antes, con solo unas palabras, podía herir a Sofía, pero ahora, sin importar lo que dijera, ella era impenetrable.

¡Era en serio frustrante!

El agua en las manos de Sofía ya casi se había secado, y no tenía tiempo para lidiar con Isabella, así que simplemente se fue.

—¡Todavía no he terminado de hablar! —gritó Isabella.

“¿Y a quién le importa si no has terminado de hablar?”, pensó Sofía.

Justo cuando salió, se encontró con Sebastián, que tenía una cara muy seria.

—¿Ya te vas? —le preguntó él.

—Isabella está aquí, no me quiero quedar.

Sebastián le preguntó:

—¿Nos vamos juntos?

Isabella salió apurada detrás de ellos y, de la nada, vio al hombre del que desconfiaba y quedó impactada.

Sebastián también se dio cuenta de que ella los estaba siguiendo.

Él nunca le había prestado atención a Sofía antes, así que no conocía a Isabella. Simplemente, sin pensarlo, la trató con sarcasmo.

Isabella se rio con desprecio.

—¿Y esa cara? ¿Tienes miedo?

—No me gusta tu expresión —respondió Sebastián con ironía.

—¡Sofía! —Isabella estaba furiosa, roja de ira—. ¿Quién es este tipo? ¡No creas que no me atrevo a hacerte algo!

Isabella nunca había soportado tanta humillación. Sacó su celular y estaba a punto de llamar.

Sebastián extendió la mano rápidamente y se lo arrebató.

El movimiento de Sebastián fue rápido, y cuando Isabella trató de recuperarlo, él levantó el celular por encima de su cabeza.

Isabella saltó, pero no lo alcanzó y miró al hombre con rabia.

Sebastián, desde arriba, la miraba con seriedad.

—Escúchame bien, me llamo Sebastián y Sofía es mi hermana. Si te vuelvo a ver acosándola…

Sebastián sonrió con seriedad.

—Yo no tengo buenos modales, y no me importa si tengo que golpear a una mujer.