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Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 632

Un matrimonio sin amor era una tortura.

Si el amor era verdadero, el certificado era solo un adorno. Pero Sofía ya no podía con esa idea. No sabía cómo decirle a Alejandro que no pensaba volver a casarse. Si sus planes no coincidían, contárselo solo levantaría una barrera entre los dos. Podía fingir que no le importaba, pero eso siempre dejaría una grieta en la relación.

Además, apenas estaban empezando. ¿Para qué pensar tan a futuro? Los planes nunca salían como se imaginaban. En el pasado también había soñado con un futuro junto a Diego y la realidad resultó todo lo contrario.

Por eso, no soñaba con nada, ni con el futuro, ni con promesas. Solo le importaba el presente, solo quería disfrutar cada momento con Alejandro.

Sofía parpadeó, ahuyentando esas ideas.

—Y si te regalo otras cosas... —dijo con una sonrisa traviesa—. Cosas que también se usen, digo. Compré algunas que combinan contigo, elegantes, para tu edad. Solo quiero verte con ellas puestas.

Alejandro, tan perspicaz, entendió enseguida. Ella había evadido el tema. No pensaba en el futuro. Entonces, una punzada le cruzó el pecho, pero no podía hacer nada.

No quería escuchar de sus labios una respuesta que lo hiriera. Si ella no planeaba hablar de compromiso, era mejor no forzarla. Podía tomarse el tiempo que hiciera falta; lograr que Sofía quisiera casarse con él sería su nueva meta, aunque tuviera que ir paso a paso.

—Tengo un poquito de sed —dijo ella, para romper el silencio.

Alejandro pasó una mano por su espalda y la empujó suavemente. De repente, ella quedó sentada en su regazo. Y entonces lo entendió. Ah, así que esa era la razón de la "incomodidad" que no quiso explicar antes.

Antes de que dijera algo, él la agarró de la nuca y la besó con pasión, dominante, casi abrumador, con esa mezcla perfecta de poder y deseo. Cuando sus labios se separaron, Sofía tenía las mejillas rojas y los ojos húmedos. Así, tan frágil y tan provocadora, lo volvía loco.

Alejandro se levantó. A pesar de la camisa arrugada y el nudo torcido de la corbata, seguía viéndose impecable.

Con una sonrisa discreta, tiró de la mano de Sofía y la acercó a su pecho. Ella le lanzó una mirada de reproche. Últimamente, sus besos eran diferentes: más intensos, más sensuales. Eran más que simples roces, eran el inicio de algo más.

Y, aun así, él siempre sabía cuándo detenerse. Entonces, Sofía suspiró. Lo amaba, aunque a veces le imponía un poco. Se dejó llevar, abrazándolo por la cintura, pegada a su cuerpo mientras él la guiaba hasta la cocina.

Aunque tenía el período, no era de las que no aguantaba nada. Pidió agua con hielo, pero Alejandro no la escuchó.

Abrió uno de los armarios. Estaba lleno de frascos con ingredientes para aguas aromáticas: dátiles rojos, bayas, hierbas.

Sofía lo miró sorprendida.

—¿Desde cuándo tenemos todo eso?

—Le pedí a Malaya que comprara —respondió él, concentrado—. Quiero que tomes algo que te ayude a recuperar energía. Está empezando a hacer frío y no quiero que tengas las manos tan heladas.

Capítulo 632 1

Capítulo 632 2

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