Entrar Via

El increíble papá de los trillizos romance Capítulo 261

—¿Por qué sacas el tema de repente?

Adriana empezó a sentirse inquieta porque percibió su inusual tono frío al pronunciar las palabras. Dante entrecerró los ojos y continuó:

—Eso significa que empezaste a ver a Miguel no mucho después de acostarte conmigo. —El corazón de Adriana se detuvo. Se olvidó de ese punto. Cada vez que Dante oía hablar de los niños, los relacionaba al instante con su relación con Miguel.

El ambiente que la rodeaba se volvió tenso de repente. La temperatura empezó a subir, dificultando su respiración. Adriana tenía el corazón en la boca, pero no sabía cómo aligerar el ambiente.

—¡Di algo! —Dante rugió de repente.

—Yo… Eso ya es pasado. Además, yo no estaba contigo en ese entonces. No deberías enojarte por eso. —Adriana estaba demasiado nerviosa y lo dijo sin pensarlo.

—¿De verdad? —Dante le tendió la mano y le acercó la cabeza. Mirándola directo, dijo—: ¡Pero si eres la única mujer con la que he estado!

Adriana nunca lo imaginó. Se quedó paralizada en su sitio y lo miró con incredulidad. Nunca le pasó por la cabeza. Un hombre orgulloso y prestigioso como él debería ser popular entre las mujeres. Incluso si tenía relaciones con otras mujeres, no había nada raro en ello. «Pero, dijo…». Dante levantó las cejas y la miró con frialdad.

—Aunque fue un accidente, lo tomé en serio. Durante todos estos años, no te busqué, pero nunca estuve con otra mujer. Esa es la diferencia entre tú y yo.

—Es… No puede ser… Tus habilidades son buenas. No parece…

Adriana no podía creerlo.

—¿Cómo sabes que mis habilidades son buenas? ¿Lo dedujiste después de hacer la comparación?

Una sombra oscura cayó sobre el rostro de Dante.

Dante le apretó la cara y le preguntó de forma prepotente. Ya no se centraba en la carretera, sino en su rostro. Por suerte, su Aston Martin estaba equipado con el sistema de piloto automático, por lo que el auto podía avanzar a una velocidad estable.

—Si en verdad te molesta, entonces… Rompamos. Te pagaré el collar y así no nos deberemos nada —dijo Adriana de forma tímida.

Ahora tenía el dinero que su padre le dejó. Después de pagarle, el resto era suficiente para asegurar una buena vida para ella y sus hijos. Dante se rio con frialdad.

—Ahora conseguiste quien te respalde, para poder decir eso de forma tan arrogante. Bien hecho, Adriana Ventura.

Adriana guardó silencio. Él seguía cambiando el significado de sus palabras sin importar lo que ella dijera, haciendo imposible que se comunicaran. Dante detuvo el auto en el bosque y apagó el motor. Se quitó el abrigo y se desabrochó de forma lenta la camisa.

—¿Qué? ¿Qué estás haciendo?

Presintiendo que algo iba mal, Adriana quiso salir del auto. Sin embargo, no pudo, ya que la puerta estaba cerrada.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El increíble papá de los trillizos