El increíble papá de los trillizos romance Capítulo 80

—¿Cuándo llegó aquí? ¿Por qué no me avisó antes? ¡Casi me mata del susto!

Adriana se acarició el pecho mientras este subía y bajaba. Su corazón seguía sintiendo que se aceleraba a mil por hora.

Antes de que pudiera evitarlo, la mirada de Dante se dirigió a su pecho. Sus senos, de color blanco cremoso bajo la tenue luz, parecían redondos y firmes…

«¡Qué vista más bonita!».

Estaba por completo cautivado por ellos. Sin embargo, al momento siguiente, sus cejas se fruncieron haciendo un gesto de enojo y gritó:

—¡Ve a ponerte otro vestido!

—¿Eh? ¿Por qué debería hacerlo?

Se miró en el espejo. Llevaba un lujoso vestido, el cual era blanco por completo, haciéndola parecer tan pura como un ángel.

—Sí, señor. ¡Traeré otro vestido de inmediato!

Uno de los maquilladores se dio la vuelta y le indicó a su asistente que trajera más vestidos a la sala.

—¿Por qué tengo que cambiarme este vestido? ¡Yo creo que este está perfecto! —Adriana volvió a mirarse en el espejo—. Se ve bien, ¿no es así? Solo muestra un poco de escote, eso es todo…

Dante hizo una señal con la mano para que todos se fueran, todos obedecieron de inmediato.

Unos segundos después, solo quedaban él y Adriana en la gran sala.

La mujer aún no se había dado cuenta. Seguía sentada en el sofá, arreglándose frente al espejo.

Él se levantó de su asiento y se dirigió hacia ella. Aunque aún no había hecho nada, Ella sintió que su piel se erizaba con una repentina sensación de peligro. Levantó la cabeza y de inmediato lo miró.

»¿Qué… qué cree que está haciendo?

Parecía un gato herido, mientras se acurrucaba en el sofá y cruzaba los brazos sobre el pecho, con los ojos llenos de miedo.

Dante se agachó y le dio un pequeño pellizco en la barbilla. Levantándole la cabeza para que lo mirara directo a los ojos, le dijo en voz baja:

—Recuerda que, ¡soy la única persona que puede ver tu cuerpo!

—Em…

Adriana sintió que su ritmo cardiaco se aceleraba de nuevo, pero estaba demasiado asustada para emitir un sonido.

Dante pasó un pulgar por sus labios carnosos, sus ojos temblaban con un poco de deseo.

Capítulo 80 Solo yo puedo ver eso 1

Capítulo 80 Solo yo puedo ver eso 2

Capítulo 80 Solo yo puedo ver eso 3

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