El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 44

Incluso Rafael quedó paralizado, mirando fijamente a Paula.

Paula deseaba poder abofetearse por haber hablado sin pensar, pero ya que las palabras habían salido sin filtro, solo podía intentar explicarse con cautela: —Papá, mamá, yo también me acabo de enterar, no había tenido tiempo de decírselos.

—¿Dónde lo supiste?

—Justo, justo... —Paula se mordió el labio, intentando inventar alguna excusa para evadir la situación, pero los esposos Rafael ya mostraban una expresión seria y persistente.

Presionada al límite, Paula no tuvo más remedio que confesar: —Lo escuché en un grupo de chat de unos compañeros de clase.

—¿El grupo de chat?

Paula, vacilante, entregó su móvil.

En este grupo de chat, el nombre de Ángeles aparecía constantemente y en el anuncio más destacado, había un claro registro de los antecedentes de Ángeles, meticulosamente investigados.

Los sufrimientos de su infancia probablemente no cabrían en unas pocas páginas.

Nancy se cubrió la boca, leyendo línea por línea, cada vez más horrorizada.

Su hija, en casa de otros, no recibía comida adecuada ni ropa; desde pequeña tenía que realizar tareas, ganar dinero y, además, soportar maltratos...

En el grupo, se compartían algunas fotos de Ángeles con ropa vieja y pasada de moda.

Y todo esto se convertía en puntos de ataque frenético contra Ángeles en el grupo, con insultos demasiado horribles para ser leídos: que si campesina, gente de baja estirpe, ¡una persona inferior que quería parecer una señorita de la nobleza en una casa noble!

Nancy estaba furiosa, deseando poder entrar en la pantalla y confrontar a todos esos que la atacaban.

Rafael, con una mirada penetrante y algo de sospecha, miró a Paula y preguntó: —Paula, dime la verdad, ¿este grupo de chat fue creado para acosar a tu hermana?

Paula se estremeció, no esperaba que Rafael lo descubriera tan rápidamente.

Realmente se arrepentía; no debería haber hablado tan impulsivamente.

Paula, entre sollozos, gritó nuevamente: —La Universidad de la Luz de la Luna es la mejor escuela, ¿quién no querría entrar? ¿Acaso por unos simples rumores deberíamos dejar de asistir a la escuela y no estudiar?

—Yo también lo hice por el bien de mi hermana, ¿cómo es que ahora soy la mala de la historia?

Esta explicación era naturalmente convincente, lógica y firme.

Combinada con el ataque de lágrimas y una emoción de tristeza bien controlada, era difícil encontrarle fallos, e incluso hacía necesario que se disculparan con Paula.

Como era de esperar, Rafael se sintió algo incómodo: —Está bien, está bien, es culpa de papá, ah, no llores más.

Paula continuó llorando, con la nariz y los ojos rojos.

Nancy también le lanzó una mirada a Rafael, reprochándole por ser tan intimidante.

Pero en ese momento, Ángeles comenzó a reír, apuntando directamente al corazón del asunto: —Quiero saber quién me investigó tan a fondo y quién difundió esa información.