El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 487

Aunque Ángeles recordaba claramente haberse acostado en su cama, al abrir los ojos se encontró de pie en la sala de estar del primer piso, sin tener idea de cómo había llegado allí.

Respiró profundamente varias veces, intentando calmarse.

En ese momento, Hugo regresó de una ronda de inspección por la villa junto con algunos subordinados. Al ver a Ángeles parada en el centro de la sala, inmóvil como un poste y con el rostro pálido, no pudo evitar preguntar: —Señora Pérez, ¿está todo bien?

Ángeles preguntó: —¿Acaban de regresar de la inspección? ¿Han visto a alguien cerca, o a alguien que lleve campanillas o algo similar?

—No, nada de eso —respondió Hugo, negando con la cabeza sinceramente.

Era la respuesta que Ángeles esperaba.

La noche anterior, en Ciudad Solerana en casa Pérez, también había escuchado esas campanillas y se había despertado asustada, pero nada había sucedido.

Si fuera una manipulación, sería imposible que siempre estuvieran tan cerca sin que ella se diera cuenta.

La seguridad en casa Pérez era extremadamente rigurosa; sería imposible para los extraños infiltrarse.

Y si alguien lo hubiera hecho, el sonido de las campanillas seguramente habría alertado a otros.

Con esto en mente, Ángeles reunió a todos los empleados de la villa que estaban ocupados en sus labores y les preguntó: —¿Alguien ha escuchado campanillas recientemente?

Los empleados se miraron unos a otros y finalmente todos negaron con la cabeza.

Nadie había escuchado nada.

Ángeles comenzó a sospechar que su ansiedad y estrés podrían estar causándole alucinaciones auditivas.

Era algo que cualquiera consideraría locura.

—Está bien, continúen con su trabajo.

Ángeles volvió a su habitación. Después de todo el alboroto, encontró imposible volver a dormir. Se tumbó en la cama, mirando fijamente el techo, perdida en sus pensamientos.

En su vida pasada, por esta época, ya había sido encarcelada; esos fueron cuatro años oscuros llenos de desesperación y corazones rotos.