O romance El Rey Lycan y su Oscura Tentación foi atualizado 02. SER DIFERENTE ES UNA BLASFEMIA com muitos desenvolvimentos climáticos. O que torna esta série tão especial são os nomes dos personagens ^^ Se você é fã do autor Internet, vai adorar lê-lo! Tenho certeza de que não ficará desapontado ao ler Vamos ler o romance El Rey Lycan y su Oscura Tentación 02. SER DIFERENTE ES UNA BLASFEMIA agora AQUI.
Ler o romance El Rey Lycan y su Oscura Tentación 02. SER DIFERENTE ES UNA BLASFEMIA
02. SER DIFERENTE ES UNA BLASFEMIA de El Rey Lycan y su Oscura Tentación novel
LYRA
—No es lo que parece, estabas herido y yo… —mi mente daba vueltas sin cesar, ni yo misma me creía la cantidad de tonterías que estaba diciendo.
Él solo me miraba con el ceño cada vez más y más fruncido.
—¿Qué viste? —la voz áspera y fría se escuchó de repente.
—¿Puedes entender lo que digo? —le respondí entusiasmada, no había hablado nada y me temía que no me entendiera.
Hice por levantarme, salir de mi situación embarazosa, pero su mano callosa agarró mi brazo con fuerza.
—¿Qué viste? —me preguntó de nuevo y esta vez el tono fue más afilado y peligroso.
—Solo que luchaste contra ese animal y lo venciste —le respondí jaloneando mi brazo. Aunque fuera mi mate, no me gustaba su aura amenazante.
No me atreví a confesar lo que descubrí de su lobo.
—¿Puedes olerme? Tú y yo…
—Cállate —me interrumpió de repente.
Había olvidado lo grosero que era, pero sus ojos miraron alertas en una dirección y también se activaron mis instintos.
“Algunas personas se acercan.” En cuanto Aztoria me lo anunció, la maleza fue separada de golpe y un hombre emergió con otros dos siguiéndolo.
—¡Les dije que había olido a una hembra! —los tres pares de ojos me miraron como a un suculento pedazo de carne.
La verdad no fue nada agradable y me estaban dando repelús, pero al descubrir a mi mate, sus miradas cambiaron a desprecio.
—¿Qué haces en esta parte del bosque? Sabes que no tienes permitido cazar aquí. ¡Además, cómo te atreves a adueñarte de una hembra errante!
El tipejo ese que iba a la cabeza, un hombre de cabello castaño y ojos oscuros, le habló lleno de hostilidad.
Avanzaron hasta nosotros mientras nos poníamos de pie.
Debía admitir que también eran altos y con músculos poderosos; el que estaba a la cabeza tenía aura de Alfa.
—No estaba cazando, solo sentí a alguien en peligro —la voz áspera de mi mate les respondió.
Yo en el medio, incómoda y queriéndome refugiar a su lado, pero él no se acercó a mí. Sin embargo, ese Alfa sí lo hizo.
—Por el Rey Lobo, eres demasiado hermosa, pero esa ropa… ¿de dónde vienes? ¿Qué hace una loba como tú perdida en el bosque? —levantó incluso su mano para tocarme la cara, pero obviamente di un paso atrás con disgusto.
¿El Rey Lobo? ¿Quién es ese?
Miré su vestimenta rústica, apenas y se tapaban con unas faldas de pieles y cinturones de cuero.
Por supuesto, mi ropa también les llamaría la atención. Me miraban como algo demasiado raro.
—No sé, tuve… tuve un accidente, no recuerdo mucho —le respondí escuetamente.
Algo me decía que no podía revelarme, no antes de averiguar qué pasaba aquí exactamente.
—Yo soy Verak, el próximo Alfa de la manada Valle Fértil. Puedes venir con nosotros, te daremos refugio en nuestra tribu —demasiado entusiasmo me extrañó.
Lo miré con desconfianza. Las manadas que conocía no aceptaban a extraños así como así, pero parecían muy interesados en que yo era mujer.
—¿Eres de esa manada? —me giré para preguntarle a mi mate, que se vestía en silencio.
Sus ojos me miraron con una chispa de asombro cuando le pregunté.
—Sí, lo soy…
—No le tienes que agradecer nada, nosotros estábamos cerca también, podíamos haberte rescatado…
—Pero no lo hicieron —me giré para enfrentarme a uno de ellos—. Iré con él, no confío en ustedes.
—¡Drakkar no es digno de reclamarte! ¡Hay muchos guerreros mejores en nuestra manada!
—¡Berefort, ya basta! —el tal Verak lo interrumpió, parecía el más inteligente de los tres.
—Regresemos todos a la manada. No tengas miedo, respetamos a las hembras, no somos unos salvajes.
Me lo decía un hombre vestido solo con un taparrabo, pero asentí y accedí a seguirlo hasta su asentamiento.
No conocía a nadie aquí, estaba aún adolorida y sin mi loba recuperada por completo. Necesitaba un refugio… y a mi mate.
*****
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: El Rey Lycan y su Oscura Tentación