Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico romance Capítulo 104

~Scarlett~

Me quedé mirándolo, y mi cuerpo se paralizó, mientras mi cabeza iba a mil por hora pensando en todas las preguntas que tenía.

¿Jack Fuller lo mandó? ¿Por qué sigue queriendo que me quede? ¿Cómo supo que estaba aquí? ¡No le dije a nadie! Fue algo repentino, sin avisar. ¿Ava? ¿Gabriel? ¿Sebastián? ¡Ninguno de ellos lo sabía! ¡Ni siquiera Aurora o Lilith!

—Scar, ¡respira por favor! —Adrián me sacudió un poco, y lo miré, tenía la vista borrosa por las lágrimas— Él es Mateo, mi secretario. Perdón si te asusté. ¡Scar!

Jadeé, parpadeando mientras mi cerebro aturdido intentaba entender que estaba pasando. El sudor me corría por la cara.

—Pensé que... —dije, pero me mordí los labios. Mi voz salía entrecortada. Si decía una palabra más, iba a ponerme a llorar.

—Lo sé, lo sé muy bien... —Adrián me abrazó y me acarició la espalda con delicadeza— Estás bien, estás a salvo... De verdad lo siento, pero ellos no vinieron a atraparte...

No podía creer lo boba que fui, y ahora no podía levantar la cara del hombro de Adrián, y mucho menos frente a su secretario, que de seguro me estaba mirando con la misma cara de susto con la que yo había reaccionado.

—Vamos a buscar un lugar para sentarnos...

—Estoy bien —me solté de sus brazos de golpe, todavía con el miedo vivo de que los hombres de Jack Fuller vinieran por mí— Primero consigamos los boletos. Solo quiero irme... lo más rápido posible.

—Está bien —Adrián me miró con preocupación, pero no dijo nada— Mateo, ¿tienes la tarjeta?

—Si, aquí está — dijo Mateo, sacándola de su bolsillo y ofreciéndomela.

—Tomalá, la vas a necesitar para mantenerte —dijo Adrián mientras entrabamos al vestíbulo, — Esta es tu cuenta de nómina, registrada por la empresa. Solo tienes el primer mes por adelantado, ¿está bien?

Estuve a punto de rechazarla, hasta que escuché toda su explicación, que me pareció innecesariamente larga.

—Muchas gracias... en serio —tomé la tarjeta, sintiéndome más tranquila con esta aventura. El dinero no es todo, pero da una seguridad que ninguna maleta puede darte.

Adrián volvió con dos boletos en la mano. Dudé un segundo antes de intentar tomarlos, pero él apartó la mano.

—Voy contigo —dijo con un tono firme— Solo por unos días, por lo menos hasta que te acomodes.

Le levanté una ceja:

—O sea que sí le pones atención, ¿eh? Y eso que, según tú, estabas 'enamorado de mí' Ajá...

Blanqueó los ojos, tan molesto que hasta se rio.

—Eso no me lo voy a llevar a la tumba... ¿Ay sabes qué? ¡Olvídalo!

—Ajá —asentí, con cara de 'no te creo', y él se puso la mano en la frente ya frustrado.

—¡Pongo atención a muchas cosas! —refunfuñó después de un rato, todavía molesto por mi 'acusación'— Solo sé que...

—Adrián... —lo interrumpí. Sus ojos siguieron los míos, y su sonrisa desapareció.

Jack Fuller venía caminando hacia nosotros, seguido por cuatro guardaespaldas.