~Scarlett~
—Él no va a… —intento decir Ava mientras apretaba los pedazos del papel roto entre los puños. A lo mejor los demás no lo veían, pero yo sí me di cuenta de la maldad en sus ojos.
—¿Qué dijiste? —levanté la voz mientras sacaba el celular, empezando a grabar el show de la reina del drama— No me digas que estás enamorada del esposo de tu hermana, ¿eh?
—¡Ya basta por favor! —al verme grabando, Ava se tapó la cara como si le diera el sol directo en los ojos. La cámara le despertó el instinto de actriz, y volvió a su papel de víctima enseguida.
Jack Fuller se acercó y le dio la mano, levantándola del suelo de un jalón, con más fuerza de la necesaria.
—¿Ahora sí estás bravo con ella? —le apunté con el celular a Jack— ¿Pero no dijiste nada cuando vino a decirme la verdad sobre mi familia? ¿Hasta ahora te molesta lo que le hace a tu apellido?
Jack me lanzó una mirada amenazante y trató de agarrarme el celular, pero rápidamente me hice hacia atrás. Adrián apareció al instante, poniéndose frente a mí. Tenía las manos en los bolsillos, con cara de no romper ni un plato.
Jack se detuvo en seco.
—Scar, por favor, no hagas esto... —Anna Fuller se le acercó a Jack, colgándose de su brazo como si eso pudiera calmarlo. Pero nunca pudo. Ella era solo una enredadera colgada del apellido de su esposo. La quisieron, sí, pero nunca tuvo peso. Si lo hubiera tenido, él no me habría hecho todo lo que me hizo.
—Tú me disté techo, y Ava fue la que destruyó ese hogar —le dije a Anna, mirándola directo a los ojos. Ella bajó la mirada.
Me volteé a ver a Sebastián
—Yo construí un hogar para nosotros, y tú lo hiciste pedazos. —le dije con rabia.
Sebastián tragó saliva, pero no lo deje decir nada. Empecé a mirar a los Fuller uno por uno.
—Y ahora me quitaron el único hogar que podía ser mío, de la forma más cruel posible. Felicidades!!! Porque ahora me voy a quedar. Y se van a arrepentir de no haberme dejado ir en paz. Se los juro, van a desear que me hubiera ido lo más lejos posibles de ustedes. —dije mirándolos con odio.
—Por su maldita codicia y su miedo, decidieron encerrarme en nombre del 'amor' y la 'familia', pero eso ¡hoy se acabó! Me voy a quedar cerca, y prefiero morir antes de dejar que me saquen una gota más de sangre. —dije decidida.
Si Ava volvía a necesitar sangre, ahí estaría. Pero solo para reírme mientras la vida se le escapaba entre los dedos.
Hoy se sentía igual… pero peor.
Antes perdí un hogar, pero hoy perdí el único que podría haber sido mío. No tenía que ser la hija de los Fuller. Pero hoy… no soy hija de nadie. Lo fui, y me quitaron ese derecho incluso antes de saber que lo tenía.
Ahora sí, ya no me queda nadie en este mundo. Hoy, de verdad, me convertí en huérfana.
Lloré tanto que me dolía la cabeza. Sentía la piel de los ojos arder de tanto frotarla. La garganta me quemaba como si me la hubieran cortado con un cuchillo, y el pecho se me cerraba de tanto sollozar. El vientre también me dolía. Por un momento, le dije a Dios que quería perder al bebé ahí mismo.
No quiero que nazca en este mundo donde el amor siempre acaba aplastado por la maldad.
Yo de veras quería morirme con él.
—¿Scar...? —una voz suave, cálida, como un ángel, me sacó de ese pozo oscuro donde me estaba hundiendo.
¿Aurora...? ¿Cómo...?

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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico