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Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico romance Capítulo 124

~Scarlett~

—¿Sabías que…?

—¡Sebastián! Perdón por el show... —dijo Ava, con su voz triste, me interrumpió justo cuando empezaba a hablar. Le agarré la mano con fuerza y, claro, ahora él sí me soltó.

—Scarlett —me llamó Ava, y casi se me puse a temblar al oír su tono. Respiré hondo y me di la vuelta para mirarla. Ella miró rápidamente a Sebastián, como con miedo, antes de poner las manos detrás de su espalda y decir:

—Perdón por armar tanto drama. No debí haberte contado lo de tu mamá, y te lastimé. Me merezco haber perdido mi cuarto si eso puede compensarte en algo... En fin, lo que quiero decir es... bienvenida a casa.

—Sí, claro, como digas —murmuré mientras iba a sentarme en el asiento más alejado de todos.

Ava me miró, algo sorprendida. No estaba discutiendo con ella ni intentando dejarla en evidencia. Igual no lo habría hecho, así no hubiera roto esa porcelana. Como le dije en el hospital, los Fuller eran su familia, y ese hombre era su príncipe azul. Yo ya había aprendido a que no podía esperar 'justicia' de ellos.

Ava suspiró de 'alivio' y miró a Sebastián con una sonrisa tímida:

—Menos mal que estás aquí, si no, no me habrían perdonado tan fácil.

La miré tranquilamente, sin siquiera sentir ganas de exponerla. Ella solita se había metido en esa red de mentiras, y con el tiempo se iba a ir enredando más y más. Podía hacerme quedar como la peor frente a toda esta gente, pero al final, eran sus mentiras las que la estaban quemando por dentro, no a mí.

—Si no quieres problemas con Scar, entonces aléjate de ella —dijo Sebastián, y al ver el puchero de Ava porque esta vez no la estaba defendiendo completamente, agregó— Yo también voy a intentar mantenerla lejos de ti.

—¡Ella ya…! —dijo Ava, y de inmediato cerró la boca, mirándome con odio.

'Ella ya me quitó el cuarto!!!' Eso es lo que iba a decir. Alcanzó a decir la mitad, pero se dio cuenta de que, si se quejaba, podía hacer que Sebastián insistiera en 'llevarme de vuelta a casa'. Y eso no era lo que ella quería. Lo único que buscaba era su atención y su lástima.

Y yo casi no podía aguantar la risa.

—Puedes sentarte al lado de tu papá —dijo Sebastián, sacando la silla justo al lado del asiento principal de la mesa alargada, y le hizo una seña a Ava— Así estarás lo más lejos posible de Scarlett. Y así la cena será más tranquila.

—¿Cuánto necesitas? —Jack Fuller entendió enseguida cuál era su intención— Dime cuando termines de redecorar, y yo lo pago.

—¡Muchísimas Gracias! ¡Eres el mejor, te amo! —Ava festejó, y me sacó la lengua desde atrás de Jack Fuller.

Por más que odiara a Jack Fuller, no podía negar que sentía envidia. No quería que él me tratara con cariño ni que me quisiera. Esa esperanza la había dejado atrás hace más de diez años.

Pero no podía evitar preguntarme cómo habría sido mi verdadero papá conmigo. ¿También habría notado cuando yo fingía, y me habría consentido igual si le hacía pucheros? ¿Cómo se habría sentido eso?

—No es que sea celoso, pero... ¿puedes dejar de ver con esos ojos a un señor que parece que estuviera embarazado? —Sebastián apareció de pronto detrás de mí. Me di la vuelta para mirarlo, y choqué con algo helado.

Él se rio después de ver mi reacción, y me puso en la mano lo que traía, era un vaso de Coca-Cola con hielo.

—¿Y esto qué es? —pregunté, empujándolo con un dedo mientras él se sentaba en la silla junto a la mía— ¿Por qué te sientas aquí?

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