Entrar Via

Eres Mi Destino Ineludible romance Capítulo 13

Esa mujer era la misma que había rescatado a Esther en el crucero.

—Essie, vengo a llevarme a los dos pequeños para darles una clase en mi casa.— Dijo la misteriosa mujer y cuando Esther recordó sus lecciones, no pudo evitar que se le contrajera la boca, respondiendo sin fuerzas: —Está bien...

Silvia arqueó una ceja y mirándola con burla, exclamó: —¡A los dos pequeños les encantan mis lecciones! Han heredado tu talento.

Ofelia aplaudió emocionada mientras decía: —¡Sí, sí, mamá! Me encanta jugar con los bichitos.

El niño, aunque era más tranquilo, no mostró señales de rechazo en su carita.

Al ver a sus hijos, Esther solo pudo suspirar con resignación.

Silvia tomó de la mano a los dos niños que saltaban felices mientras se alejaban.

Tan pronto como Ofelia se fue, el pequeño perro gordito que Esther tenía en su regazo cobró vida, saltó del columpio y corrió hacia un arbusto cercano, donde se revolcó alegremente.

En ese momento, un anciano de figura delgada entró corriendo con una receta en la mano, a la vez que gritaba: —¡Essie, mi querida discípula! Tengo una nueva receta, ¿puedes revisar si algo anda mal?

Al escuchar eso, los ojos de Esther brillaron al instante y se acercó para tomar la receta. Después de examinarla un momento, dijo: —Profesor, hay un pequeño error. La última dosis está 0.1 miligramos más alta.

—¡Cierto, cierto! —Exclamó el anciano dándose una palmada en la frente, antes de salir corriendo de nuevo.

Esther observó la figura del anciano, con una profunda melancolía en sus ojos.

Sus dos pequeños ya tenían cuatro años, y Esther no sabía cuánto tiempo más podría quedarse en ese hermoso pueblito.

Lo que Esther no sabía era que el cambio llegaría más rápido de lo que imaginaba.

Para evadir a ese hombre, Esther había vivido en Brisa del Río sin salir durante cinco años.

Por un lado, había convertido Brisa del Río en su verdadero hogar y por otro, era para evitar la persecución de ese hombre.

—Tengo que irme de Brisa del Río con los niños. Si no me voy, pondré en peligro a mis maestros y amigos.— Comentó Esther.

Brisa del Río era un pueblo misterioso, lleno de personas influyentes en varios campos. Durante esos cinco años, Esther había aprendido muchas habilidades de sus maestros y había ganado su propia identidad y posición.

Al dejar Brisa del Río, confiaba en que podría protegerse a sí misma y a sus hijos.

El Sr. Noé, sentado frente a la computadora, dijo fríamente: —¿A dónde irás? Sabes bien lo aterrador que es el Grupo Montes; no podrás escapar.

Una chispa oscura brilló en los ojos de Esther cuando exclamó: —¡El lugar más peligroso es el más seguro! Iré justo bajo sus narices.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Eres Mi Destino Ineludible