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Eres Mi Destino Ineludible romance Capítulo 13

Esa mujer era la misma que había rescatado a Esther en el crucero.

—Essie, vengo a llevarme a los dos pequeños para darles una clase en mi casa.— Dijo la misteriosa mujer y cuando Esther recordó sus lecciones, no pudo evitar que se le contrajera la boca, respondiendo sin fuerzas: —Está bien...

Silvia arqueó una ceja y mirándola con burla, exclamó: —¡A los dos pequeños les encantan mis lecciones! Han heredado tu talento.

Ofelia aplaudió emocionada mientras decía: —¡Sí, sí, mamá! Me encanta jugar con los bichitos.

El niño, aunque era más tranquilo, no mostró señales de rechazo en su carita.

Al ver a sus hijos, Esther solo pudo suspirar con resignación.

Silvia tomó de la mano a los dos niños que saltaban felices mientras se alejaban.

Tan pronto como Ofelia se fue, el pequeño perro gordito que Esther tenía en su regazo cobró vida, saltó del columpio y corrió hacia un arbusto cercano, donde se revolcó alegremente.

En ese momento, un anciano de figura delgada entró corriendo con una receta en la mano, a la vez que gritaba: —¡Essie, mi querida discípula! Tengo una nueva receta, ¿puedes revisar si algo anda mal?

Al escuchar eso, los ojos de Esther brillaron al instante y se acercó para tomar la receta. Después de examinarla un momento, dijo: —Profesor, hay un pequeño error. La última dosis está 0.1 miligramos más alta.

—¡Cierto, cierto! —Exclamó el anciano dándose una palmada en la frente, antes de salir corriendo de nuevo.

Esther observó la figura del anciano, con una profunda melancolía en sus ojos.

Sus dos pequeños ya tenían cuatro años, y Esther no sabía cuánto tiempo más podría quedarse en ese hermoso pueblito.

Lo que Esther no sabía era que el cambio llegaría más rápido de lo que imaginaba.

Capítulo 13 1

Capítulo 13 2

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