Eres Mi Destino Ineludible romance Capítulo 25

Él se levantó de repente y se dirigió a grandes zancadas hacia Esther, luego apoyó un brazo largo y estilizado en la cabecera de la cama, inclinándose ligeramente hacia adelante, y su hermoso rostro se agrandó de repente frente a ella, hasta poder sentir la respiración del hombre muy cerca. Se sorprendió, echándose hacia atrás para intentar aumentar la distancia entre ambos, mientras sus ojos oscuros y fascinantes reflejaban un atisbo de confusión.

Los ojos azul oscuro del hombre la miraban fijamente, haciendo que sus ojos se encontraran con los de él sin poder evitarlo. El hombre la miró con satisfacción mientras decía: —Benjamín es mi hijo.— No era una pregunta, sino la afirmación de un hecho. Era un hecho evidente, ya que Benjamín se parecía tanto a ese hombre que era como una versión en miniatura de él y no podía negarlo.

—Sí —admitió Esther en voz baja.

Luego añadió —Es un niño muy atento e inteligente.

—Se nota —Tristán miró fijamente a la pequeña mujer frente a él, y poco a poco vio que su mirada se llenaba de inquietud.

—¿Sabes que quienes me ofenden ya no existen en este mundo?

Él lo dijo lentamente, y en ese momento, Esther sintió una pizca de terror proveniente de ese hombre. Ella se quedó rígida, apretando los labios sin decir nada.

Tristán recorrió su cuerpo con la mirada, luego se enderezó de repente, mirándola desde arriba, y dijo—Tengo 29 años y ya es momento de casarme.

Esther se quedó perpleja.

El hombre esbozó una ligera sonrisa al ver la mirada desconcertada de Esther, y dijo—Al principio realmente estaba enfadado por tu comportamiento, pero ahora he cambiado de opinión. Necesito una esposa, y también un heredero. En lugar de buscar más, mejor aprovechar lo que ya tengo.

Esther lentamente comprendió el significado de la expresión "aprovechar lo que ya tengo" que usó el hombre, y de repente algo cruzó por su mente.

No pudo evitar decir—Sr. Tristán, el matrimonio es una cuestión seria, no se puede tomar a la ligera. Usted debería encontrar a una mujer que realmente le guste para casarse y tener hijos. Yo me iré con Benjamín y nunca volveremos a aparecer ante usted. No molestaremos su vida ni seremos una carga. ¡Solo deje de perseguirnos!

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