Eres Mi Destino Ineludible romance Capítulo 28

Al día siguiente por la mañana, después de que Esther terminara de cambiarse las vendas, Ángel le llevó el desayuno personalmente.

Esther y Benjamín le agradecieron, pero Ángel solo levantó las manos, con una actitud amable y cálida que resultaba cómoda sin llegar a ser demasiado entusiasta.

—Srta. Esther, usted y Benjamín coman tranquilos. Si necesitan algo, llámenme —dijo con una sonrisa antes de salir.

Esther mostró una expresión pensativa. Ángel era un subordinado del hombre, con una posición importante, pero los trataba a ella y a Benjamín con mucho cuidado y atención, lo que reflejaba indirectamente la actitud del hombre hacia ella y su hijo.

Mientras estaban desayunando, llegó Tristán.

Esther dejó los cubiertos y lo miró fijamente con sus hermosos ojos almendrados. Aunque estaba vestida con la ropa del hospital, su elegancia y belleza natural no podían ocultarse. Parecía tener una presencia innata de vitalidad y pureza, impactante pero reconfortante al mismo tiempo. A su edad, aunque podría llamarse mujer, aún era prácticamente una niña.

Por lo que él sabía, había sido abandonada por sus padres adoptivos, y cinco años trás, en un incidente, también había sido víctima de sus manipulaciones. Luego, sus padres biológicos no la aceptaron, y al dejar Ola de Plata, sufrió un accidente de avión.

¿Cómo una chica tan frágil y aparentemente tímida logró sobrevivir en tales circunstancias, dar a luz y criar a Benjamín? Seguro que el proceso fue muy difícil.

Sin duda, cinco años atrás, ella lo había ofendido, pero todo aquello no fue intencional de su parte, ya que también era una víctima.

Durante esos cinco años de búsqueda, su ira inicial dio paso a la calma, y había que admitir que el tiempo era el mejor amortiguador. Con el tiempo, su furia y deseos de venganza se calmaron y le dejaron más espacio para la razón. Después de que su deseo inicial de venganza se apaciguó, solo quería encontrar a esa mujer para resolver el asunto de la manera más adecuada. Claro que si ella no colaboraba, deshacerse de ella también era parte del plan. Sin embargo, no esperaba que fuera tan tímida y frágil, como un conejito sin capacidad de ataque y el niño también era sorprendentemente adorable.

—Sigan comiendo, no me presten atención —dijo Tristán con una voz más suave.

Tristán se sentó en el sofá al lado de ellos.

Esther y Benjamín se miraron y continuaron con su comida.

Tristán no los observó, sino que abrió su computadora y comenzó a revisar documentos.

Esther, de reojo, le echó un vistazo al hombre. Aquel hombre debería estar muy ocupado, y sin embargo, allí estaba en el hospital.

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