Esposa sustituta romance Capítulo 9

La angustia nos invade, mientras nuevamente, Harding golpea la puerta esperando una respuesta por parte de nosotras.

— Señora Stewart, ya me dijeron que esta aquí, abra, por favor. — le pido.

Mi madre me empuja y yo niego al saber que quiere que abra la puerta.

— Abre de una buena vez, no nos va a matar aún. — dice mi madre.

Claro, la palabra aún me está tranquilizando mucho — digo mentalmente.

Sabiendo que no puedo evitar lo inevitable y que entre más haga esperar a Harding, más enojado va a estar, caminó hacia la puerta y la abro con cuidado. De inmediato, me aparto mientras él abre la puerta con violencia y como un toro enojado, mira toda la habitación e incluso entra al baño.

Mi madre y yo nos miramos entre sí, mientras él busca bajo la cama y el armario. Quisiera correr, pero, nada de eso me salvará de su ira. Por lo que, me quedo estática deseando que sea tan invisible como cuando algo bueno pasa.

— ¿Dónde está Marisa? — pregunta Harding mirando a mi madre y es allí cuando su mirada se dirige hasta el vestido blanco colgado en el perchero.

Él, aleja a mi madre y se acerca al hermoso vestido que según la tradición, no debía ver. Con cuidado, toca el hermoso vestido mandado a confeccionar en tiempo récord, bajo las exigencias de Marisa.

— No vino.

— No es eso.

— Si esta aquí, ¿por qué no tiene el vestido puesto?

— Porque esta con su salida de baño. Las chicas han ido a peinarlo y maquillarla.

— ¿A dónde se fueron si esta es la habitación destinada para esto? — pregunta Harding y yo trago duro.

— Ella no quería estar aquí. Dijo que la habitación era muy calurosa. Así que, cambió de habitación y dijo que volvería solo a usar el vestido — digo de inmediato, llamando la atención de Harding

¿El plan no era fingir ser invisible? — pregunta mi mente y yo me golpeó por no seguir mi propio plan.

— ¿No me estas mintiendo?

— Mi madre me dijo ello cuando vine a buscarla.

— Iré a comprobarlo. Así me toque desarmar este maldito lugar, la buscaré y si no la encuentro, las voy a matar. ¡A todos los mataré! — grita Harding marchándose del lugar consumido por el enojo.

Cuando sale, mi padre aparece con nerviosismo y abraza a mi madre que llora devastada.

— ¿Qué vamos a hacer, querido? Él no va a esperar más. — dice mi madre mientras mi padre la consuela.

— Lo sé. Estamos perdidos. — murmura y yo me siento a un lado de la cama, esperando mi final — un momento — dice mi padre dejando de abrazar a mi madre, para acercarse a mí.

No creo que esto sean buenas noticias para mí — murmuro mentalmente.

— ¿Qué pasa, cariño? — pregunta mi madre

— Miley es de la misma altura que Marisa.

— No, ella es más alta que Marisa.

— Entonces, que vaya descalza al altar — dice mi padre y yo lo observo sorprendida.

— ¿Qué quieres decir, querido?

— Fácil, Miley va a reemplazar a Marisa en el altar. — suelta mi padre .

Sorprendida, trago duro al escuchar lo que mi padre me dice.

Definitivamente, no es posible que esto esté pasando, ¿es un sueño? ¿Quizás los Stewart me han tratado mal todo este tiempo para recompensarme? ¿Quizás se dieron cuenta que amo a Harding y por eso, me están diciendo esto?

— Reacciona de una vez, Miley. Necesito que te vistas rápido. — dice mi padre y yo reacciono.

— Lo siento, esto me ha sorprendido.

— Tienes razón. — dice mi madre tomando mis manos y levantándome para reparar mi cuerpo.

— Esto es demasiado. Creo que así como yo me he sorprendido, Harding…

— Bueno, supera el asombro y vamos. Necesito que te vistas rápido, tú y tu hermana tienen la misma contextura. — dice mi madre midiendo por encima de la ropa el vestido de novia.

— No, ella es más delgada. — le informo.

— Tienes razón, Marisa tiene mejor cuerpo que tú. — dice mi padre

— Bueno, no respires para que te entre el vestido.— dice mi madre, mientras baja la corredera de mi vestido y yo siento que algo anda mal.

— Un momento, no es buena idea que me vistan sin que le digan a Harding que voy a reemplazar a mi hermana. — digo y mis padres comienzan a reírse por mis palabras.

— ¿Realmente crees que vas a ser el reemplazo definitivo de Marisa? — dice mi padre en tono burlón.

— No estoy entendiendo lo que quieren hacer si no es así.

— Serás una esposa sustituta, Miley. Solo mientras Marisa aparece — dice mi padre y yo siento como soy otra vez usada a su conveniencia sin que les importe mis sentimientos.

— ¿De verdad creíste que serias la señora Lennox? — pregunta mi madre en tono burlón y yo no respondo — Querido, de verdad pensó eso. Que ingenua es Miley.

No permitas que te usen así. No seas tonta otra vez y dejes que ellos te usen de una forma que podría acabar con tu vida instantáneamente si Harding se entera. — me dice mi mente y yo asiento mentalmente decidida.

Capítulo 9 Descubrir el engaño 1

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