Florecer en Cenizas romance Capítulo 221

El pecho de Fabiola se apretó de golpe.

Conocía a Agustín desde hacía años y pocas veces lo había visto enojado de verdad. Pero esta vez… era clarísimo.

Fabiola sintió un nudo en el estómago y, nerviosa, le apretó la mano a Agustín.

—No le hagas caso, está mal de la cabeza…

Le susurró en un intento de calmarlo y quiso llevárselo de vuelta a la sala.

Pero Agustín sí estaba furioso.

En todo Ciudad de la Luna Creciente, todo el mundo sabía que había un tema intocable para Agustín: su mamá. Nadie se atrevía a mencionarla ni en broma.

Apretando los puños, Agustín giró para mirar a Karla.

—¿Tienes ganas de morirte o qué?

Karla se quedó helada. Dio un paso atrás, asustada.

Hace un momento solo estaba hablando por impulso, cegada por el coraje. Cuando vivía con la familia Barrera, había escuchado a Paulina y Héctor mencionar, entre murmullos, que el motivo por el que Agustín no podía romper el compromiso tenía que ver con la muerte de su mamá. No sabía los detalles, pero algo intuía.

Paulina le había advertido varias veces: jamás, pero jamás, hablar de la madre de Agustín delante de él. Las consecuencias podían ser graves.

—Agustín… Lo… lo siento, de verdad… No era mi intención decir eso —balbuceó Karla, a punto de echarse a llorar.

¿Qué hago ahora?

La mirada de Agustín parecía de esas que atraviesan y no perdonan. Casi parecía que iba a lanzarse sobre ella.

Pero, de pronto, a Karla se le pasó el susto. Ella era la hija de la familia Barrera, nieta de don Roberto. ¿Qué podía hacerle Agustín? No se iba a atrever, se dijo.

—Agustín… —Fabiola también tragó saliva. El Agustín que tenía enfrente parecía estar listo para hacerle algo a Karla.

Justo en ese momento, un carro negro se detuvo frente a la puerta. Se abrió la puerta del copiloto y bajó un hombre, desviando la atención de Agustín.

Fabiola siguió la mirada de Agustín.

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