Florecer en Cenizas romance Capítulo 505

Violeta se negaba a creer que Fabián pudiera enamorarse de Fabiola. Para ella, todo era un acto de gratitud, una forma de pagar la deuda que tenía con Roberto.

Incluso había llegado a pensar que, aunque Fabián se viera obligado por ese sentido del deber a casarse con Fabiola, nunca la aceptaría de verdad.

Pero el hecho de que se comiera ese bocado de su tenedor significaba que, en un plano físico, podía aceptar la cercanía y el afecto de Fabiola.

Por eso, el pánico se apoderó de ella.

...

En cuanto colgó, Violeta llamó a Paulina.

—La cercanía entre Fabián y Fabiola es demasiado evidente. Si siguen viviendo juntos, es inevitable que surjan sentimientos. Tienes que pensar en algo ya. ¿No eras tú la que no quería que se casaran? ¿Dónde está tu plan?

La expresión de Paulina también era sombría.

—Te lo dije desde el principio. Esa Fabiola es una experta en seducir. Primero fue Sebastián Benítez, luego Agustín, ¡y ahora Fabián!

Violeta se sentó en el sofá, mordiéndose las uñas.

—En cuanto se casen, no tendremos ninguna otra oportunidad. Para cuando Fabiola se afiance en el Grupo Barrera, será casi imposible que tú y tu padre puedan volver.

Paulina guardó silencio. Sabía lo que estaba en juego.

—Me queda una carta bajo la manga…

Los ojos de Violeta brillaron con esperanza.

—Además de buscar a Karla Barrera, Fabián ha estado buscando en secreto a otra mujer durante años. Lo escuché por casualidad. Se llama Chloe y era su compañera en el orfanato. Él fue adoptado por Roberto a los nueve años, pero antes de eso vivió en el Orfanato de Santa Cruz del Sur. Esa tal Chloe debe ser muy importante para él.

Paulina era consciente de que le resultaba muy difícil llegar al corazón de Fabián y superar la imagen negativa que él tenía de ella por el acoso que le hizo en el pasado. Lo único que podía usar a su favor eran las personas que a él de verdad le importaban.

—Encuentra a esa Chloe. Si es dócil y podemos usarla, la utilizaremos para manipular a Fabián. Si no coopera, entonces crearemos una Chloe a nuestra medida… —dijo Paulina con voz grave.

Violeta frunció el ceño, entendiendo el doble sentido en las palabras de Paulina. Después de todo, no era la primera vez que hacían algo así.