Aparté mi mano de David como si su piel me quemara. Di unos pasos atrás, alejándome lo más que podía. Pero ya era muy tarde, me había visto.
Frederick avanzó con esa calma de depredador que lo caracterizaba, pero yo no era estúpida, había notado las venas que sobresalían de su cuello y lo tensa que estaba su mandíbula.
Me paralicé, aunque tampoco había mucho que pudiera hacer. No había a donde huir. Tal vez… si me arrojaba por la ventana del quinto piso. Creo que hay más chance de sobrevivir a la caída que a esta situación.
—Qué conmovedor —la voz de Frederick resonó como un disparo en la sala.
Tragué saliva.
—Lancaster —David se acercó a mí, sujetando mi muñeca.
Agrandé los ojos ante su acción. Traté de soltarme, pero me tenía agarrada con fuerza.
Miré a Frederick, el cual ni siquiera se molestó en ver a David. Sus ojos estaban clavados en mi, como si yo fuera su objetivo a atacar.
—Pensé que habíamos quedado claro en algo, princesa —dijo, su voz era letal y exigía sangre. Los papeles que llevaba en la mano fueron arrojados al piso. Eran los papeles del alta—. Nadie te toca.
David se tensó.
—Esto no es el siglo XVIII. Charlotte no es de tu propiedad —dijo David con fuerza, a pesar que no se atrevía a dar un paso al frente.
Frederick sonrió, lenta y peligrosamente. Era de esas sonrisas macabras y malvadas que formaban parte de él, que le decían al mundo que él siempre ganaba.
—Ah, pero sí lo es —Caminó en mi dirección, tomando mi otra muñeca. De un tirón calculado, logró separarme de David y atraerme hacía su costado.
Sentí un pinchazo de dolor en el interior de mi abdomen.
Mi exesposo pasó un dedo por una de mis clavícula, marcando una línea invisible. Ni siquiera me miró cuando lo hacía, como si se supiera el camino de memoria.
—Pregúntale cuánto costó la biopsia que le acaban de realizar —Los ojos de Frederick estaban fijos en aquel sujeto, viéndolo como si fuera basura—. Un precio muy accesible para mí, pero demasiado costoso para una mujer que está en quiebra.
—¿A qué te refieres? —preguntó David.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La amante secreta de mi exesposo