No tarde más de una hora en llegar a casa de mí tía, al verla la salude con un abrazo.
Ella me correspondió el abrazo y luego me escaneo de arriba abajo.
—Estás preciosa Regina.
Reí —Tú crees
—Claro que sí, igual a tú madre mí vida.
—Yo no veo mucho parecido
Mí madre tenía el cabello oscuro y la piel color canela, en cambio, mí piel es más pálida y soy rubia con los ojos verdes claros.
Mí tía Lorena tiene el cabello oscuro y el mismo tono de piel de mamá, en verdad si se parece a ella, pero yo no.
—Debes contarme todo lo que ocurrió en el internado.
—En principio si lo odie, pero luego comenzó a gustarme. Me sentí más cerca de Dios y las monjitas son un amor.
—Claro tu madre siempre te inculcó la religión
—¿Como están mis primos?— Pregunté
—Mariela muy grande ya cumplió diez, es la más inteligente de la clase y Beto.
—¿Me hablaban? —Pregunta él mientras se acerca
—Buenos días, oficial Pérez.
El se acerca a mí y me carga entré sus brazos luego comienza a girarme, no pude evitar reír.
Beto es moreno tiene los ojos color miel y una pequeña barba rasurada, en este momento está vestido con su informe. Es un orgullo para la familia que él sea uno de los mejores oficiales.
En realidad no es mí primo de sangre porque es hijo del esposo de mí tía con su fallecida esposa pero nos queremos como familia. El siempre me visitaba cuando me mude a la mansión Santoro.
Más de una vez se peleó a golpes con Miguel Ángel por defenderme, son enemigos jurados.
—Estas grande Regina
Reí fuerte —Y tú igual muchas felicidades oficial
—valió la pena el esfuerzo
—Me habría encantado estar en tú graduación pero ya sabes como es mí padre.
—Ya estás acá y es lo que importa, preciosa.
Pase una tarde hermosa en el barrio con Beto y mi tía, me llevaron a recorrer el lugar el cual no ha cambiado mucho, también nos dirigimos a la Iglesia. Mí tía me mostró el comedor que organiza para los niños del lugar.
También me dediqué a pasar tiempo con Mariela, ella tiene una salud muy sensible por lo cual tenemos muchos cuidados con ella.
Es muy difícil pedirle a una niña que se quede en casa y no salga a jugar con otros niños porque podría agitarse y sería fatal.
Le entregue a ella mí tía y Beto algunos obsequios que les compre antes de mudarme, me ofrecieron quedarme a cenar pero no quiero llegar muy tarde a casa.
Como ya oscureció el me llevo a casa en su carro, le asegue que no es necesario pero él insistió. Tardamos más de medía hora en llegar a la hacienda y aprovechamos para charlar.
—¿Crees que mí tía me permita vivir con ustedes?— Le pregunté directamente
El ríe —Sabes que estaríamos encantados pero …
—No hay lugar
—Podría compartir mí cama—Me ofrece burlón
—Muy gracioso
—Encontraremos la forma ¿Que pasa hay problemas en el castillo, princesa?
—No soporto a mí abuela y a…
—¿a quién?
—Olvídalo
Frenamos de golpe al llegar a la entrada de la casa, cuando una motocicleta prácticamente se estaciono en frente de nosotros por centímetros no lo golpeamos.
—¡Eres un imbécil! —Exclama Beto
Cuando baje y el se quito el casco, quise asesinarlo noté que es mí hermano y los huecos de Renata y Miguel Ángel solo nos miran riendo.
El mayor idiota de la galaxia se acerca a Ken y lo ayuda a pararse
—¿Estás bien?—Le pregunto a mí hermano
—Cris —me acerqué a él y bese su mejilla, note que su hermano rodea los ojos
—Papá está como loco buscándote
—Que siga buscando ¿Acaso eres su mensajero?
—Al fin llegaste Cristóbal así entretienes a la aburrida de Regina mientras Miki y yo nos vamos a una fiesta.—Le pide Renata
Miki reí por dentro, ese ha sido el apodo que Rena le dice a Miguel Ángel de toda la vida.
—¿Qué fiesta?—Pregunta Cris serio
—Se que esa palabra no está en tú vocabulario Cris, reunión de varias personas…
—Se lo que es una fiesta pero no quiero que lleves a Renata a cualquier lado. Conozco los lugares que frecuentas.
—¿Por qué te importa?—Le pregunta él
—Porque mí padrino se va a enfadar ¿Que más sería?—Responde Cris
—Seguro Cristóbal —el rodea los ojos
—Tú quédate con la fea y yo me llevo a la guapa, siempre ha sido así—Comenta Mike
—¡Eres un idiota!— Exclame molesta
—No llores Regina no eres tan fea, quizás con unos tragos de más te haga el favor o puedes buscarte a un ciego.
No me controle y le pegue una cachetada con toda mi fuerza. El solo ríe fuerte.
—Eso fue un golpe, me dejaras la cara marcada. Sabes cuantas chicas quedaran devastadas si arruinas está carita.
—Regina déjalo tranquilo, cúbreme por favor.—Me pide mí hermana
Ellos dos simplemente se marcharon note que Cristóbal los intento seguir.
—Regí tú sabes como es Miguel Ángel solo quiero cuidar a Renata ¿Me entiendes?.
—Si
Siento algo en el corazón al ver a Cristóbal celar a mí hermana y se perfectamente que está inventando lo de mí papá. No quiero participar en esta discusión ni perder mí dignidad y pedirle a Cris que se quede cuando obvio que vino por ella

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