La Cenicienta Guerrera romance Capítulo 1054

En ese momento, Israel se sentía como en un sueño.

Aunque sostenía a Úrsula con fuerza, todavía no podía creer que fuera real.

Úrsula le tomó el rostro con ambas manos y le dio una mordidita en la mejilla.

—¿Te dolió?

—No me dolió —respondió Israel—. Muérdeme otra vez.

Úrsula lo mordió de nuevo.

—Sigo sin sentir nada —dijo Israel, mirándola—. Jefa, una vez más.

—¡Qué pervertido eres! —rio Úrsula.

—Hablo en serio, jefa, muérdeme otra vez.

Úrsula le rodeó el cuello con los brazos y le dio otra mordida en la nuca.

—¡Ay, ay, ay, duele! —Israel la abrazó, riendo a carcajadas—. ¡Es real, es real! ¡Úrsula, no estoy soñando! ¡Qué maravilla!

En sus más de treinta años de vida, Israel nunca se había sentido tan emocionado.

Al ver la escena, los ojos de Dominika se humedecieron.

—¡Qué romántico! ¡Resulta que pedirle matrimonio a la chica que te gusta y que te diga que sí se siente como ganar una batalla!

Dominika se sentía a la vez conmovida y emocionada.

Sobre todo cuando Israel dijo que estaba dispuesto a entrar a su familia y a llevar el apellido de su esposa.

¿Qué hombre en su sano juicio estaría dispuesto a eso?

Incluso la gente común considera que unirse a la familia de la esposa es una deshonra.

¡Pero Israel fue capaz de decirlo abiertamente!

¡Eso demostraba el amor que sentía por Úrsula!

—¿Te gusta este tipo de propuesta? —le preguntó Alan a Dominika.

—¡Pues claro! —Dominika le lanzó una mirada—. ¿A qué chica no le gustaría una propuesta así?

Alan asintió con una sonrisa y luego miró a los demás.

Vio que Selena, Minerva y Mónica también estaban visiblemente conmovidas.

Mónica y Elías incluso se abrazaban llorando.

«Así que… a las chicas les gustan este tipo de propuestas».

Alan rodeó los hombros de Dominika con su brazo.

—Cuando te pida matrimonio, te prometo que lo prepararé cien veces más romántico que Israel.