Un pánico abrumador se apoderó de Carina. Había pensado que su padre la llamaba para darle buenas noticias, ¡jamás imaginó un desenlace como este!
Temblaba de pies a cabeza. Respiró hondo.
—Papá… papá, ¿estás… estás bromeando conmigo?
Una broma. Tenía que ser una broma.
Al otro lado de la línea, el señor Aguilera también estaba al borde del colapso.
—¿Broma? ¡No estoy de humor para bromas! ¿No decías que Santino era tu novio? ¿No decías que te había presentado a su familia?
»¡Entonces, ¿por qué todos los grandes consorcios se han unido para aplastar a los Aguilera?! ¡Dicen que ofendiste a la familia Gómez!
»¿Sabes lo que eso significa? ¡Todos nuestros socios están retirando su inversión! ¡La familia Aguilera está acabada! ¡El Grupo Aguilera está acabado!
»¡Carina! ¡¿Qué estupidez has hecho?!
Apenas diez minutos antes, el señor Aguilera había recibido una avalancha de llamadas de socios que retiraban su capital y cancelaban contratos. Le parecía estar viviendo una pesadilla.
Gracias a la relación de su hija con Santino, en San Albero se había convertido en una figura admirada y respetada. Pero ahora, era como lodo que cualquiera podía pisotear.
El señor Aguilera había creído que, gracias a su hija, el Grupo Aguilera alcanzaría nuevas cimas. Jamás imaginó que el imperio que tanto le había costado construir se derrumbaría por culpa de ella.
¿Retirada de capital?
¿Ofender a la familia Gómez?
¿Todos en contra de los Aguilera?
Carina, ya pálida por la pérdida de sangre, se puso aún más blanca al oír las palabras de su padre. Tragó saliva, intentando mantener la calma.
—Papá, no te preocupes. Dame un momento, voy a contactar a Santino ahora mismo.
»¡Yo le salvé la vida, es imposible que me haga esto!
»Haré que vaya personalmente a San Albero a disculparse contigo.
Dicho esto, Carina colgó y se giró hacia Gloria.

Verifica el captcha para leer el contenido
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Cenicienta Guerrera