Hace poco, un periodista captó imágenes de Santiago y Úrsula asistiendo juntos al funeral de Joaquín.
Tan pronto se filtró la verdadera identidad de la señora Ríos, se desató una ola de comentarios y lamentos en redes sociales. No tardaron en descubrir los orígenes de Úrsula: una campesinita que ni siquiera terminó la preparatoria. Al enterarse, la gente no pudo evitar soltar suspiros y sentir que era una lástima.
—Alguien como Santiago debería casarse con una señorita de familia acomodada, alguien de su mismo nivel. ¡Una campesinita como Úrsula no está a su altura!— decían por todos lados.
Esteban también había visto a Úrsula en el funeral de Joaquín.
En ese entonces, Úrsula era muy diferente a la de ahora. Aunque ambas llevaban un maquillaje cargado, había algo en su actitud y presencia que las hacía parecer dos personas distintas.
Esteban tragó saliva y murmuró:
—No es nada, solo… estoy sorprendido, eso es todo.
Úrsula no le contestó, simplemente se dio la vuelta y se marchó.
Esteban subió al carro junto con Israel.
Fue hasta que se sentó al volante que Esteban volvió a hablar:
—¡Caray! ¿De verdad esa persona era Úrsula?
—¿La conoces?— preguntó Israel desde el asiento trasero, con tono indiferente.
Esteban se quedó congelado un instante, luego reaccionó y asintió:
—Claro, se llama Úrsula… Es la esposa del nuevo CEO del Grupo Ríos, Santiago.
Luego, como si recordara algo importante, añadió:
—Pero… la diferencia entre los dos es muy grande. Por eso Santiago ya inició el trámite de divorcio con ella.
—¿Úrsula?— Israel giró suavemente el anillo plateado que llevaba en el dedo, y una leve sonrisa se dibujó en sus labios, como si hubiera recordado algo interesante.—Qué curioso.
Al escuchar eso, Esteban se quedó más confundido que nunca.
[¿Curioso? ¿Qué tiene de curioso? ¿Estaré alucinando?]
Israel siempre había sido reservado, tan ajeno a los escándalos del espectáculo que ni siquiera le prestaba atención a la modelo más famosa del país. ¿Por qué de pronto le interesaba una mujer a punto de divorciarse, a la que todos consideraban una fracasada?
No, seguro escuchó mal.
¡Eso debía ser!
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