Entrar Via

La Danza del Despertar romance Capítulo 86

—¿No te dije que no me llamaras si no te lo permitía? ¿Por qué sigues marcándome?

Rosa soltó la pregunta cargada de furia, mientras del otro lado de la línea la voz del hombre titubeó, insegura:

—Sí, sí, lo sé, pero te mandé mensajes y no me respondiste… Llevas días sin hablarme, Rosi, te extraño muchísimo.

—No me importa lo que sientas. ¡Déjame en paz!

—Rosi, ¿de verdad no puedes regresar conmigo? —el hombre sonaba derrotado, la tristeza le pesaba en cada palabra—. Sé que ahora no le llego ni a los talones a Raimundo, pero te juro que me voy a esforzar. Mi empresa va a crecer, va a superar a Grupo Ávalos…

—¿Ya acabaste con tus fantasías? —la voz de Rosa destilaba desprecio—. ¿Cuánto crees que tardarías en poner tu empresita al nivel de Grupo Ávalos?

Luego, con un tono más cortante, le advirtió:

—¡Y no te atrevas a buscar a Raimundo! Te lo advierto, si llegas a contarle la verdad, olvídate de volver a saber de mí.

—Rosi, tranquila, jamás haría algo que te lastimara —el hombre respondió con amargura—. Solo quiero verte feliz.

Rosa bufó con desdén, pero de repente, una idea cruzó por su mente.

—¿Dices que quieres verme feliz?

—¡Claro! —respondió el hombre, sin dudarlo—. Si hay algo que te haga feliz, lo hago sin pensarlo.

—Perfecto. Justo ahora hay algo que necesito que hagas por mí.

—Dime, Rosi.

En los ojos de Rosa brilló una luz venenosa.

—¿Recuerdas a Vanesa?

—Por supuesto —contestó el hombre—. ¿No es la que tuvo el accidente de carro hace dos años? La novia de Raimundo.

—¡No necesito que me cuentes la historia! —lo interrumpió Rosa, alzando la voz. Tomó aire y continuó—: Quiero que la encuentres… y te encargues de ella.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Danza del Despertar